¡Congreso viola Constitución!
En el Perú, quien dirige las relaciones internacionales o la política exterior, es el jefe de Estado, la presidente Dina Boluarte.
El Congreso, vía su alborotada Comisión de Relaciones Exteriores, declaró como “persona no grata” al presidente de Colombia en ejercicio, Gustavo Petro.
Cuando los inquietos de esa Comisión incurren en aquella torpeza, DESCONOCEN la preeminencia que le otorga la actual Constitución al jefe de Estado, en la conducción de la política exterior.
¿Sabrá de esta delicada situación la señora María del Carmen Alva?
El Congreso, poco fértil, banal, golpista hasta más no poder, ha demostrado al Perú entero que su calidad es diminuta y que sus interpretaciones no siempre son las más felices o constructivas o en beneficio de las grandes mayorías nacionales.
Es probable que esa ecuación sea la causa sustancial del porqué la aprobación del Congreso no llega ¡ni a 10%!
Si mañana la mandataria Boluarte se cruza, en alguna reunión internacional con Petro, ni se podrían dar la mano, ya que doña Dina encarna a la Nación y su Congreso "en nombre del Perú" ha declarado a Petro "persona no grata".
Colombia es un importante socio político (Comunidad Andina, Alianza del Pacífico) y comercial del Perú.
¿Sabrán los legiferantes, siempre tan cultos e informados, que Colombia es miembro de importantes organizaciones internacionales en el mundo y que tiene un posicionamiento muy sólido, superior al del Perú en las áreas económica, comercial, financiera, energética, de manera que en un conflicto, tendría mayor apoyo objetivo y repercusión en sus alegatos que nosotros?
¿Entenderán los que sufren de urticaria ideológica que la política internacional no es un juego para aventureros que abren la boca por inercia, con irresponsabilidad en grado sumo y porque no tienen otra cosa que hacer?
A este paso, todo aquél que no sea del gusto de los que integran la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, podrá ser motejado de ¡cualquier cosa! y declarado “no grato al Perú”.
Si una Comisión del Congreso ¡la que fuere! no tiene entre sus potestades la dirección de la política externa, privativa de la presidencia, incurre en un yerro mayúsculo que nos pone en una situación de animosidad sumamente estúpida, ¿no se está consumando, de facto, una grosera e indelicada violación de la Carta Magna?
Hasta donde yo sé, el Congreso y sus inquilinos precarios sólo pueden y deben cumplir lo preceptuado en la Constitución.
O ¿ya hay alguna nueva ley que faculte y dé cheque en blanco para que las antipatías de los integrantes de esa Comisión, produzcan legicidios a diario?
¡A quien corresponde actuar es a la presidente Boluarte a través de su canciller que puede adoptar medidas como traer al embajador del Perú en Colombia, de vuelta a casa y dejar en Santa Fe de Bogotá, al encargado de negocios, hasta que el país norteño se inhiba de seguir hablando de temas peruanos. O algo así.
Que unos auto ungidos como “internacionalistas” con eco en la prensa concentrada y cacareen con anteojeras marcadamente conservadoras, no puede ser instancia válida en el análisis.
Los intereses geopolíticos del Perú tienen que ser cautelados con precisión y visión de horizonte. Las majaderías son exhibición ociosa de ignorancia repudiable en temas de Estado.
Por el tema referido a la familia del ex presidente Castillo tuvo Perú un sonado choque con México (Alianza del Pacífico e importante país bien al norte antes de llegar a Estados Unidos). (Pertinente aclarar, hay demostradas ignorancias que confunden un celular con un piano de cola).
Luego se agitó un asunto sumamente idiota respecto de una salida no contemplada en tratado alguno del Perú, de Bolivia hacia el mar y por imprecisas declaraciones del ex mandatario Castillo.
Por si fuera poco, no pocos bocones bramaron el nombre de Evo Morales que les sirvió de “razonamiento” para su desaforada violencia oficial en el altiplano.
Y ahora, la Comisión parlamentaria, declara “no grato” a Gustavo Petro.
¿Quién sigue?
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¡Congreso viola Constitución!
En el Perú, quien dirige las relaciones internacionales o la política exterior, es el jefe de Estado, la presidente Dina Boluarte.
El Congreso, vía su alborotada Comisión de Relaciones Exteriores, declaró como “persona no grata” al presidente de Colombia en ejercicio, Gustavo Petro.
Cuando los inquietos de esa Comisión incurren en aquella torpeza, DESCONOCEN la preeminencia que le otorga la actual Constitución al jefe de Estado, en la conducción de la política exterior.
¿Sabrá de esta delicada situación la señora María del Carmen Alva?
El Congreso, poco fértil, banal, golpista hasta más no poder, ha demostrado al Perú entero que su calidad es diminuta y que sus interpretaciones no siempre son las más felices o constructivas o en beneficio de las grandes mayorías nacionales.
Es probable que esa ecuación sea la causa sustancial del porqué la aprobación del Congreso no llega ¡ni a 10%!
Si mañana la mandataria Boluarte se cruza, en alguna reunión internacional con Petro, ni se podrían dar la mano, ya que doña Dina encarna a la Nación y su Congreso "en nombre del Perú" ha declarado a Petro "persona no grata".
Colombia es un importante socio político (Comunidad Andina, Alianza del Pacífico) y comercial del Perú.
¿Sabrán los legiferantes, siempre tan cultos e informados, que Colombia es miembro de importantes organizaciones internacionales en el mundo y que tiene un posicionamiento muy sólido, superior al del Perú en las áreas económica, comercial, financiera, energética, de manera que en un conflicto, tendría mayor apoyo objetivo y repercusión en sus alegatos que nosotros?
¿Entenderán los que sufren de urticaria ideológica que la política internacional no es un juego para aventureros que abren la boca por inercia, con irresponsabilidad en grado sumo y porque no tienen otra cosa que hacer?
A este paso, todo aquél que no sea del gusto de los que integran la Comisión de Relaciones Exteriores del Congreso, podrá ser motejado de ¡cualquier cosa! y declarado “no grato al Perú”.
Si una Comisión del Congreso ¡la que fuere! no tiene entre sus potestades la dirección de la política externa, privativa de la presidencia, incurre en un yerro mayúsculo que nos pone en una situación de animosidad sumamente estúpida, ¿no se está consumando, de facto, una grosera e indelicada violación de la Carta Magna?
Hasta donde yo sé, el Congreso y sus inquilinos precarios sólo pueden y deben cumplir lo preceptuado en la Constitución.
O ¿ya hay alguna nueva ley que faculte y dé cheque en blanco para que las antipatías de los integrantes de esa Comisión, produzcan legicidios a diario?
¡A quien corresponde actuar es a la presidente Boluarte a través de su canciller que puede adoptar medidas como traer al embajador del Perú en Colombia, de vuelta a casa y dejar en Santa Fe de Bogotá, al encargado de negocios, hasta que el país norteño se inhiba de seguir hablando de temas peruanos. O algo así.
Que unos auto ungidos como “internacionalistas” con eco en la prensa concentrada y cacareen con anteojeras marcadamente conservadoras, no puede ser instancia válida en el análisis.
Los intereses geopolíticos del Perú tienen que ser cautelados con precisión y visión de horizonte. Las majaderías son exhibición ociosa de ignorancia repudiable en temas de Estado.
Por el tema referido a la familia del ex presidente Castillo tuvo Perú un sonado choque con México (Alianza del Pacífico e importante país bien al norte antes de llegar a Estados Unidos). (Pertinente aclarar, hay demostradas ignorancias que confunden un celular con un piano de cola).
Luego se agitó un asunto sumamente idiota respecto de una salida no contemplada en tratado alguno del Perú, de Bolivia hacia el mar y por imprecisas declaraciones del ex mandatario Castillo.
Por si fuera poco, no pocos bocones bramaron el nombre de Evo Morales que les sirvió de “razonamiento” para su desaforada violencia oficial en el altiplano.
Y ahora, la Comisión parlamentaria, declara “no grato” a Gustavo Petro.
¿Quién sigue?