Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
12-5-2023
¡Vendepatrias orgánicos!
Les llamaba en Argentina serviles orgánicos, a esos monstruos concesivos, regalones de lo que no era suyo, mamarrachos burocráticos enquistados en todos los gobiernos, el brillante periodista platense cuasi olvidado, Raúl Scalabrini Ortiz.
Por estos días y como ha venido denunciando con firmeza Diario Uno, hay grupetes decididos a engullir los lotes petroleros y para eso precisan defenestrar al ministro de Energía, Oscar Vera y al viceministro de Hidrocarburos, Enrique Bisetti.
Es por tanto, indispensable escribir sobre el tema.
A mí me gusta la combinación vendepatrias orgánicos, aquellos que genéticamente, deshonrando a la nación y traicionando al Perú, salen a defender cual bestias enfurecidas a empresas foráneas, depredadoras, abusivas de siempre y coimeras a granel.
El cuentazo siempre es el mismo: “el Estado es ineficiente”, “sólo los privados tienen experiencia y respaldo financiero”, “es más rentable que lo haga la inversión extranjera” y cantinelas por el estilo.
Entonces hay que desacreditar al Estado y a sus obras como es el caso de la Refinería de Talara.
No es un acápite aislado. ¡De ninguna manera!
Los siervos, vendepatrias orgánicos, no dudan en alquilar la muelle conciencia de comunicadores que defienden a capa y espada, según lo que le paguen y con tarifas internacionales.
Verbi gracia.
Desde hace semanas hemos venido denunciando el incumplimiento de la empresa concesionaria del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima Airport Partners, LAP, de la renovación del seguro contra terrorismo por el orden de US$ 200 millones, acción que conducía a la rescisión del contrato. ¿Y qué ha ocurrido?
Por el Estado, ni el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, ni Ositran y su titular, Verónica Zambrano se han pronunciado.
Tampoco han dicho gran cosa sobre la II pista del AIJCH que está recortada en un tramo que no se usa y ni siquiera se han pronunciado sobre la gravísima irregularidad de la reflexión de las lunas de la novísima Torre de Control que pone en riesgo la vida de quienes lleguen o salgan del Perú.
Pero los señores de LAP, sí hacen una intensa campaña de propaganda sobre las bondades de la entrega parcial de infraestructura que han hecho.
En caso de accidentes ¿cómo explicarán esta situación advertida oficialmente por los controladores aéreos?
Hay un individuo que ha ocupado cargos directivos importantes de agremiaciones empresariales peruanas. Pero es el primer promotor del predominio francés monopólico, a capa y espada, en Migraciones.
El personaje en mención, premunido de contactos al más alto nivel, dice defender a las firmas peruanas en el discurso. En la práctica los US$ 10 mil mensuales que recibe hace años, le impelen a hacer todo lo contrario.
Es un vendepatria orgánico. Y actúa con todo el descaro que una prensa miserable otorga pero no de una manera gratuita sino muy bien remunerada.
En Perú vivimos en un estado de hipocresía permanente. Al imbécil, llamamos analista; y al repetidor y copión, politólogo.
Al juecesito marrullero, le nominamos jurista aunque todo nos indique de su nepotismo, de su mediocridad insuperable y de su vanidad infinita y sus fallos siempre son controversiales.
En otra oportunidad recordaremos a un señor que fuera ministro de Relaciones Exteriores y condecoraba a Soledad Alvear cuando en Chile (2002) ¡pulverizaban a Aerocontinente, vía mañas de diverso calibre!
Y entonces cuando se llama vendepatria orgánica a una ministra o a un ministro, por la razón de sus actos públicos, todos traidores, hay voces invocando “cordura”.
¿Y por qué nadie protesta contra estos crímenes desde Palacio o el Congreso? El aplanamiento mental del Perú es un caso patológico.
A los vendepatria orgánicos, políticos inmorales, intelectuales mercenarios, burócratas delincuentes, hay que llevarlos ante el paredón moral.
Las leyes no sirven para gran cosa, salvo que para entronizar a estos mismos sinverguenzas en los goznes del poder.
Entonces, los niños tendrán que aprender (porque las actuales generaciones casi están envilecidas) a señalar a estos gaznápiros: ¡ése regaló al Perú! ¡a ese miserable no se le saluda, se le censura!
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
12-5-2023
¡Vendepatrias orgánicos!
Les llamaba en Argentina serviles orgánicos, a esos monstruos concesivos, regalones de lo que no era suyo, mamarrachos burocráticos enquistados en todos los gobiernos, el brillante periodista platense cuasi olvidado, Raúl Scalabrini Ortiz.
Por estos días y como ha venido denunciando con firmeza Diario Uno, hay grupetes decididos a engullir los lotes petroleros y para eso precisan defenestrar al ministro de Energía, Oscar Vera y al viceministro de Hidrocarburos, Enrique Bisetti.
Es por tanto, indispensable escribir sobre el tema.
A mí me gusta la combinación vendepatrias orgánicos, aquellos que genéticamente, deshonrando a la nación y traicionando al Perú, salen a defender cual bestias enfurecidas a empresas foráneas, depredadoras, abusivas de siempre y coimeras a granel.
El cuentazo siempre es el mismo: “el Estado es ineficiente”, “sólo los privados tienen experiencia y respaldo financiero”, “es más rentable que lo haga la inversión extranjera” y cantinelas por el estilo.
Entonces hay que desacreditar al Estado y a sus obras como es el caso de la Refinería de Talara.
No es un acápite aislado. ¡De ninguna manera!
Los siervos, vendepatrias orgánicos, no dudan en alquilar la muelle conciencia de comunicadores que defienden a capa y espada, según lo que le paguen y con tarifas internacionales.
Verbi gracia.
Desde hace semanas hemos venido denunciando el incumplimiento de la empresa concesionaria del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, Lima Airport Partners, LAP, de la renovación del seguro contra terrorismo por el orden de US$ 200 millones, acción que conducía a la rescisión del contrato. ¿Y qué ha ocurrido?
Por el Estado, ni el Ministerio de Transportes y Comunicaciones, ni Ositran y su titular, Verónica Zambrano se han pronunciado.
Tampoco han dicho gran cosa sobre la II pista del AIJCH que está recortada en un tramo que no se usa y ni siquiera se han pronunciado sobre la gravísima irregularidad de la reflexión de las lunas de la novísima Torre de Control que pone en riesgo la vida de quienes lleguen o salgan del Perú.
Pero los señores de LAP, sí hacen una intensa campaña de propaganda sobre las bondades de la entrega parcial de infraestructura que han hecho.
En caso de accidentes ¿cómo explicarán esta situación advertida oficialmente por los controladores aéreos?
Hay un individuo que ha ocupado cargos directivos importantes de agremiaciones empresariales peruanas. Pero es el primer promotor del predominio francés monopólico, a capa y espada, en Migraciones.
El personaje en mención, premunido de contactos al más alto nivel, dice defender a las firmas peruanas en el discurso. En la práctica los US$ 10 mil mensuales que recibe hace años, le impelen a hacer todo lo contrario.
Es un vendepatria orgánico. Y actúa con todo el descaro que una prensa miserable otorga pero no de una manera gratuita sino muy bien remunerada.
En Perú vivimos en un estado de hipocresía permanente. Al imbécil, llamamos analista; y al repetidor y copión, politólogo.
Al juecesito marrullero, le nominamos jurista aunque todo nos indique de su nepotismo, de su mediocridad insuperable y de su vanidad infinita y sus fallos siempre son controversiales.
En otra oportunidad recordaremos a un señor que fuera ministro de Relaciones Exteriores y condecoraba a Soledad Alvear cuando en Chile (2002) ¡pulverizaban a Aerocontinente, vía mañas de diverso calibre!
Y entonces cuando se llama vendepatria orgánica a una ministra o a un ministro, por la razón de sus actos públicos, todos traidores, hay voces invocando “cordura”.
¿Y por qué nadie protesta contra estos crímenes desde Palacio o el Congreso? El aplanamiento mental del Perú es un caso patológico.
A los vendepatria orgánicos, políticos inmorales, intelectuales mercenarios, burócratas delincuentes, hay que llevarlos ante el paredón moral.
Las leyes no sirven para gran cosa, salvo que para entronizar a estos mismos sinverguenzas en los goznes del poder.
Entonces, los niños tendrán que aprender (porque las actuales generaciones casi están envilecidas) a señalar a estos gaznápiros: ¡ése regaló al Perú! ¡a ese miserable no se le saluda, se le censura!