Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-6-2023
¿Tenemos políticos NO mañosos?
Según la Asociación de Academias de la Lengua Española, en su diccionario on line, el término maña tiene varias acepciones, a saber:
1. f. Destreza, habilidad.
2. f. Artificio o astucia. U. m. en pl.
3. f. Vicio o mala costumbre, resabio. U. m. en pl.
Apliquemos entonces los significados a los políticos: ¿son diestros o hábiles? ¿Artificiosos o astutos? ¿Viciosos y de malas costumbres, plenos en resabios de toda índole?. El lector, sin mucho esfuerzo puede ir anticipando su categórica respuesta.
Aludiendo a la sempiterna chatura y miopía de nuestros políticos, anuncié con travesura y buen humor, algunas apreciaciones:
“Una definición más o menos didáctica precisa el término chato: carente de la inteligencia, perspicacia, capacidad de prever y analizar eventos esperables o normales.
Otra se refiere a miope: corto de alcances o de miras, poco perspicaz.
Y no es que me esté adelantando a nominar al común de nuestros animales políticos que son, en elevado porcentaje, miopes, chatos, ignaros y de microscópica, si alguna, mirada nacional.
Por tanto nuestros políticos chatos y miopes, debieran tener consejo, asesoría y orientación más que urgente y responsable en torno a sus declaraciones públicas. Unos anuncian el fusilamiento de otros; los de más allá proclaman persecuciones….. La variedad es aterradora pero muy mediocre.
Nuestros políticos deben entender o estudiar o conseguir los rudimentos de una mirada nacional, con profundo horizonte de futuro para los próximos 50 años; con estudio de la soberanía nacional basada en la soberanía popular; en la definición del Estado como herramienta y presa apetecible –como es hoy- de sectores minoritarios y privilegiados en detrimento de los mayoritarios y empobrecidos.
Nuestra relación internacional y bajo qué reglas empujamos los tratados que realmente favorezcan al país no a los oligopolios armados hasta los dientes de periodistas al kilo y capaces no sólo de vender a sus respectivas madres sino ¡hasta de negociar el precio, centavo a centavo!” 4-2-2020 Políticos chatos y miopes http://bit.do/frxBw
Lo acontecido en el Congreso desde el 2021, representa una lamentable colección de torpezas monstruosas. El recinto de Plaza Bolívar alberga a sinverguenzas mochasueldos, pegalones, abusivos, dueños de una portentosa falta de sindéresis y que se exhiben impúdicamente en el océano de su falta de cultura, carencia de versación intelectual e ignorancia para el tratamiento político de las situaciones.
Una prueba sencilla: ¿podría alguno de nuestros políticos, subir una escalinata y mascar golosinas, al mismo tiempo, sin el riesgo de una severa conmoción cerebral?
Un tema de fondo pasa porque los partidos políticos (por lo menos uno, nacional, organizado, con doctrina e ideas, figuras y tenaz lucha contra persecuciones), procuraban dotar a sus militantes de disciplina y elementos de juicio para, a la hora, de la prueba, no protagonizaran ridículos abyectos.
Los mal llamados partidos (vivero de angurrias electorales a como dé lugar), entrenan a rufianes y malhechores que apenas llegan a puestos públicos, los exprimen y dejan tras de sí el paso de la barbarie.
Lo atroz del asunto es que a nadie pareciera inquietarle que el dinero robado ¡es el que paga el pueblo con sus tributos! Y que se expresa vía las “coimisiones”, las malas artes por debajo de la mesa y con depósitos y paraísos fiscales, etc.
Lo infortunado es que el cáncer que es la corrupción, se normalizó como parte de la conducta “habitual” de los hombres públicos. “Roba pero hace obra”. Esa grosería que revela un catastrófico espejo de baja o nula moral, también es un estribillo que recitan los grandes cacos de cuello y corbata.
Cuando los hombres públicos tornan testaferros de las poderosas empresas privadas que manejan volúmenes muy grandes de dinero, se producen los sucesos estilo Odebrecht y sucedáneos. Y en la danza macabra y festín opíparo de los recursos públicos, hay ministros, embajadores, gerentes, presidentes, alcaldes. ¡La orgía destructiva no tiene cuando parar!
¿Funcionan los hombres públicos que dicen “administrar” justicia? Me temo que la respuesta es negativa. Jueces, secretarios, tienen precio en dólares, euros y los que tienen menos ambiciones, en soles. Y la urdimbre espesa de cómo se amaña la ley en favor de quien la paga, lograría muchos tomos de la Gran Enciclopedia de la Corrupción en el Perú.
Dramático que los peruanos no aprendamos a ser severos con nosotros mismos y obsequiemos nuestros votos a sicofantes y débiles mentales que sí saben de mañas aunque eso sea su único conocimiento.
¿Tenemos políticos NO mañosos?
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-6-2023
¿Tenemos políticos NO mañosos?
Según la Asociación de Academias de la Lengua Española, en su diccionario on line, el término maña tiene varias acepciones, a saber:
1. f. Destreza, habilidad.
2. f. Artificio o astucia. U. m. en pl.
3. f. Vicio o mala costumbre, resabio. U. m. en pl.
Apliquemos entonces los significados a los políticos: ¿son diestros o hábiles? ¿Artificiosos o astutos? ¿Viciosos y de malas costumbres, plenos en resabios de toda índole?. El lector, sin mucho esfuerzo puede ir anticipando su categórica respuesta.
Aludiendo a la sempiterna chatura y miopía de nuestros políticos, anuncié con travesura y buen humor, algunas apreciaciones:
“Una definición más o menos didáctica precisa el término chato: carente de la inteligencia, perspicacia, capacidad de prever y analizar eventos esperables o normales.
Otra se refiere a miope: corto de alcances o de miras, poco perspicaz.
Y no es que me esté adelantando a nominar al común de nuestros animales políticos que son, en elevado porcentaje, miopes, chatos, ignaros y de microscópica, si alguna, mirada nacional.
Por tanto nuestros políticos chatos y miopes, debieran tener consejo, asesoría y orientación más que urgente y responsable en torno a sus declaraciones públicas. Unos anuncian el fusilamiento de otros; los de más allá proclaman persecuciones….. La variedad es aterradora pero muy mediocre.
Nuestros políticos deben entender o estudiar o conseguir los rudimentos de una mirada nacional, con profundo horizonte de futuro para los próximos 50 años; con estudio de la soberanía nacional basada en la soberanía popular; en la definición del Estado como herramienta y presa apetecible –como es hoy- de sectores minoritarios y privilegiados en detrimento de los mayoritarios y empobrecidos.
Nuestra relación internacional y bajo qué reglas empujamos los tratados que realmente favorezcan al país no a los oligopolios armados hasta los dientes de periodistas al kilo y capaces no sólo de vender a sus respectivas madres sino ¡hasta de negociar el precio, centavo a centavo!” 4-2-2020 Políticos chatos y miopes http://bit.do/frxBw
Lo acontecido en el Congreso desde el 2021, representa una lamentable colección de torpezas monstruosas. El recinto de Plaza Bolívar alberga a sinverguenzas mochasueldos, pegalones, abusivos, dueños de una portentosa falta de sindéresis y que se exhiben impúdicamente en el océano de su falta de cultura, carencia de versación intelectual e ignorancia para el tratamiento político de las situaciones.
Una prueba sencilla: ¿podría alguno de nuestros políticos, subir una escalinata y mascar golosinas, al mismo tiempo, sin el riesgo de una severa conmoción cerebral?
Un tema de fondo pasa porque los partidos políticos (por lo menos uno, nacional, organizado, con doctrina e ideas, figuras y tenaz lucha contra persecuciones), procuraban dotar a sus militantes de disciplina y elementos de juicio para, a la hora, de la prueba, no protagonizaran ridículos abyectos.
Los mal llamados partidos (vivero de angurrias electorales a como dé lugar), entrenan a rufianes y malhechores que apenas llegan a puestos públicos, los exprimen y dejan tras de sí el paso de la barbarie.
Lo atroz del asunto es que a nadie pareciera inquietarle que el dinero robado ¡es el que paga el pueblo con sus tributos! Y que se expresa vía las “coimisiones”, las malas artes por debajo de la mesa y con depósitos y paraísos fiscales, etc.
Lo infortunado es que el cáncer que es la corrupción, se normalizó como parte de la conducta “habitual” de los hombres públicos. “Roba pero hace obra”. Esa grosería que revela un catastrófico espejo de baja o nula moral, también es un estribillo que recitan los grandes cacos de cuello y corbata.
Cuando los hombres públicos tornan testaferros de las poderosas empresas privadas que manejan volúmenes muy grandes de dinero, se producen los sucesos estilo Odebrecht y sucedáneos. Y en la danza macabra y festín opíparo de los recursos públicos, hay ministros, embajadores, gerentes, presidentes, alcaldes. ¡La orgía destructiva no tiene cuando parar!
¿Funcionan los hombres públicos que dicen “administrar” justicia? Me temo que la respuesta es negativa. Jueces, secretarios, tienen precio en dólares, euros y los que tienen menos ambiciones, en soles. Y la urdimbre espesa de cómo se amaña la ley en favor de quien la paga, lograría muchos tomos de la Gran Enciclopedia de la Corrupción en el Perú.
Dramático que los peruanos no aprendamos a ser severos con nosotros mismos y obsequiemos nuestros votos a sicofantes y débiles mentales que sí saben de mañas aunque eso sea su único conocimiento.
¿Tenemos políticos NO mañosos?