Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
13-3-2024
¡Serviles criollos pro-Trump!
El muy probable candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, avisó meses atrás en Nueva York, que los inmigrantes contaminaban la sangre norteamericana. Adolf Hitler “advertía” sobre los judíos y en términos muy similares.
En Perú hay serviles que cuando se refieren al fascista en campaña, le llaman “presidente Trump”. No importa a estos descerebrados y colonizados mentales que aquél haya prometido deportaciones masivas de inmigrantes no documentados y la prevalencia del blanco por encima de los millones que son la melting pot (olla de mezclas) que es Estados Unidos.
Tampoco parecen tomar debida nota que Trump pretende reactivar la construcción del muro a lo largo de la línea fronteriza con México y de donde llegan, para campañas de diversa índole, cientos de miles de trabajadores a los que se paga menos, se exige mucho y ¡encima! se trata con disciplicencia.
Hay un ángulo interesante y de cuota geopolítica innegable. ¿Qué potencia disputa las áreas de influencia, comercio, presencia multidisciplinaria con Estados Unidos? La respuesta inequívoca es: China. ¿Cuántos cientos de miles de chinos estudian o asentaron sus reales desde tiempos remotos en Estados Unidos?
Poco tiempo atrás estuve en Sacramento, la capital de California y en esa ciudad de marcada presencia china, descendientes del Asia con nacionalidad y perfecto inglés como que son ciudadanos, y visité el museo de los ferrocarriles. ¡Nada de eso, me explicaron, podría haberse hecho sin los cientos de miles de trabajadores chinos!
El nacionalismo populachero que predica Trump no oculta su claro tufo anti-inmigrante, documentados o no. La pseudo idea de aquél es “descontaminar” a Estados Unidos. ¡Como si la historia de lo que ocurrió en Europa con la presencia enloquecida de los nazis y sus campos de concentración no fueran páginas de horror y vergüenza contra la vida misma!
Entonces una “política de Estado”, de obtener por segunda vez Trump, el acceso a la Casa Blanca, puede tornar en persecución, hostigamiento y aniquilación de personas de esa proveniencia por “motivos” de “seguridad nacional”.
Si los nazis triunfaban en la II Guerra Mundial, Latinoamérica y la mayor parte de sus habitantes eran para esos salvajes, integrantes de las razas inferiores a las que había que cremar o arrimar a los más inhóspitos cerros nevados para que se autoeliminaran.
¡Cierto que los serviles criollos que llaman presidente a Trump, son en su mayoría nulidades sin orgullo y carentes del amor que Clío prodiga para evitar nuevas masacres en nombre de la pureza racial!
El colonialismo mental que denunciara múltiples veces en su dilatada trayectoria política, Haya de la Torre, afinca en esta falta de amor propio y honor, las traiciones más aberrantes de aquellos que aplauden a quien firma la orden ¡para su fusilamiento!
¿Puede entenderse entonces cómo es que miles de migrantes voten por Trump? Son los contrasentidos de la historia. Las cuadraturas de los círculos aún pendientes de corregir.
He visto cómo se persigue a los no documentados que huyen de sus captores porque las penas son durísimas, la más leve: la deportación y la vitalicia cerrazón a entrar a Estados Unidos. Y detrás de eso la larga fila de frustraciones y falta de ingresos.
¿Por qué aplauden los colonos mentales a sus verdugos que van a deportarlos, despreciarlos y zaherirlos echándolos de Estados Unidos? Es un cuestionamiento que admite demasiadas respuestas.
Hay quienes entraron legalmente y afincaron consiguiendo por mil métodos la residencia. Ese asunto no es fácil y constituye el sueño americano. Ciertamente, aunque nadie lo confiese, el paso obligatorio de lavar platos, barrer calzadas y cuidar a ancianos, a la par que proveer de dólares, representa un derrotero por el que han pasado millones de todas las nacionalidades.
Cuento una anécdota de años atrás. Subí a un taxi y el conductor era un rubio de ojos azules, muy alto pero que hablaba pésimo inglés: era un alemán que estaba pugnando por su legalización. En otra oportunidad hice de traductor a un cardiólogo famoso en la Argentina pero que no hablaba ¡ni papa! de inglés.
El servilismo de millares de latinos con Trump a quien elogian, se entronca con lo que podría llamarse la posesión de “alma de esclavos”. Sus principios y fines son las cadenas y el “éxito” es quedarse, ellos o los parientes, en la tierra prometida.
Pero en la tierra prometida ¡nadie! te da un pan, ni hay tiempo para parrilladas prolongadas, todos trabajan 15 o más horas. Y quien no trabaja, no come.
Una persecución soterrada bajo el membrete de descontaminación de Estados Unidos, puede producirse en breve. Y no serán los asiáticos los únicos golpeados. La frontera es la misma y las órdenes igual.
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
13-3-2024
¡Serviles criollos pro-Trump!
El muy probable candidato republicano a la presidencia de Estados Unidos, Donald Trump, avisó meses atrás en Nueva York, que los inmigrantes contaminaban la sangre norteamericana. Adolf Hitler “advertía” sobre los judíos y en términos muy similares.
En Perú hay serviles que cuando se refieren al fascista en campaña, le llaman “presidente Trump”. No importa a estos descerebrados y colonizados mentales que aquél haya prometido deportaciones masivas de inmigrantes no documentados y la prevalencia del blanco por encima de los millones que son la melting pot (olla de mezclas) que es Estados Unidos.
Tampoco parecen tomar debida nota que Trump pretende reactivar la construcción del muro a lo largo de la línea fronteriza con México y de donde llegan, para campañas de diversa índole, cientos de miles de trabajadores a los que se paga menos, se exige mucho y ¡encima! se trata con disciplicencia.
Hay un ángulo interesante y de cuota geopolítica innegable. ¿Qué potencia disputa las áreas de influencia, comercio, presencia multidisciplinaria con Estados Unidos? La respuesta inequívoca es: China. ¿Cuántos cientos de miles de chinos estudian o asentaron sus reales desde tiempos remotos en Estados Unidos?
Poco tiempo atrás estuve en Sacramento, la capital de California y en esa ciudad de marcada presencia china, descendientes del Asia con nacionalidad y perfecto inglés como que son ciudadanos, y visité el museo de los ferrocarriles. ¡Nada de eso, me explicaron, podría haberse hecho sin los cientos de miles de trabajadores chinos!
El nacionalismo populachero que predica Trump no oculta su claro tufo anti-inmigrante, documentados o no. La pseudo idea de aquél es “descontaminar” a Estados Unidos. ¡Como si la historia de lo que ocurrió en Europa con la presencia enloquecida de los nazis y sus campos de concentración no fueran páginas de horror y vergüenza contra la vida misma!
Entonces una “política de Estado”, de obtener por segunda vez Trump, el acceso a la Casa Blanca, puede tornar en persecución, hostigamiento y aniquilación de personas de esa proveniencia por “motivos” de “seguridad nacional”.
Si los nazis triunfaban en la II Guerra Mundial, Latinoamérica y la mayor parte de sus habitantes eran para esos salvajes, integrantes de las razas inferiores a las que había que cremar o arrimar a los más inhóspitos cerros nevados para que se autoeliminaran.
¡Cierto que los serviles criollos que llaman presidente a Trump, son en su mayoría nulidades sin orgullo y carentes del amor que Clío prodiga para evitar nuevas masacres en nombre de la pureza racial!
El colonialismo mental que denunciara múltiples veces en su dilatada trayectoria política, Haya de la Torre, afinca en esta falta de amor propio y honor, las traiciones más aberrantes de aquellos que aplauden a quien firma la orden ¡para su fusilamiento!
¿Puede entenderse entonces cómo es que miles de migrantes voten por Trump? Son los contrasentidos de la historia. Las cuadraturas de los círculos aún pendientes de corregir.
He visto cómo se persigue a los no documentados que huyen de sus captores porque las penas son durísimas, la más leve: la deportación y la vitalicia cerrazón a entrar a Estados Unidos. Y detrás de eso la larga fila de frustraciones y falta de ingresos.
¿Por qué aplauden los colonos mentales a sus verdugos que van a deportarlos, despreciarlos y zaherirlos echándolos de Estados Unidos? Es un cuestionamiento que admite demasiadas respuestas.
Hay quienes entraron legalmente y afincaron consiguiendo por mil métodos la residencia. Ese asunto no es fácil y constituye el sueño americano. Ciertamente, aunque nadie lo confiese, el paso obligatorio de lavar platos, barrer calzadas y cuidar a ancianos, a la par que proveer de dólares, representa un derrotero por el que han pasado millones de todas las nacionalidades.
Cuento una anécdota de años atrás. Subí a un taxi y el conductor era un rubio de ojos azules, muy alto pero que hablaba pésimo inglés: era un alemán que estaba pugnando por su legalización. En otra oportunidad hice de traductor a un cardiólogo famoso en la Argentina pero que no hablaba ¡ni papa! de inglés.
El servilismo de millares de latinos con Trump a quien elogian, se entronca con lo que podría llamarse la posesión de “alma de esclavos”. Sus principios y fines son las cadenas y el “éxito” es quedarse, ellos o los parientes, en la tierra prometida.
Pero en la tierra prometida ¡nadie! te da un pan, ni hay tiempo para parrilladas prolongadas, todos trabajan 15 o más horas. Y quien no trabaja, no come.
Una persecución soterrada bajo el membrete de descontaminación de Estados Unidos, puede producirse en breve. Y no serán los asiáticos los únicos golpeados. La frontera es la misma y las órdenes igual.