¡Rompamos pacto infame y tácito de hablar a media voz!

Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
27-2-2024
¡Rompamos pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Tenebrosas son las épocas cuando la ciudadanía de un país asiente, no protesta, aguanta con resignación y calla en todos los idiomas optando por el abominable recodo del conformismo!
¿Qué ejemplo pueden dar esos padres de familia a sus hijos? ¿Qué decir de los jefes a sus empleados? Sin dejar de mencionar a los gobernantes que por billetes se dejan comprar la conciencia, regalan puertos, permiten que sus concesionarias no paguen sus obligaciones ni tengan operativas la torre de control y la segunda pista y ¡ni siquiera chisten amago de protesta o mínima indignación.
Hace pocos días, nada menos que Indecopi dio luz verde a que empresas chinas tengan el predominio al 100% en la administración de energía eléctrica en Lima. En el resto del país, otra empresa de igual procedencia asiática, lo tiene en 65% en todo el Perú.
En el lenguaje burocrático, en estúpido, con que las reguladoras se expiden para imponer su especialidad de no dar explicaciones, apelan a la ignorancia de la gente que no puede descifrar si están vendiendo el país de a pocos o de un trancazo.
Vía un memorándum de entendimiento aéreo suscrito por el gobierno, el 2011, obsequioso de Alan García Pérez, se regalaron porciones de quintas libertades a la entonces Lan Chile, hoy LATAM y la falta de reciprocidad con los del sur, ha ocasionado que Perú deje de percibir varios miles de millones de dólares.
¿Han negado o refutado los alanistas ¡una sola palabra! de cuantas denuncias hice comenzando en febrero del 2017 en la televisión? Por esas épocas, todos -Alan incluido- estaban vivos y plenos en sus ocupaciones. Pero ¡no respondieron!
Y desde hace más de un lustro, sucesivos gobiernos “peruanos” han regalado con peligrosas implicancias geopolíticas, el Puerto de Chancay a …… ¡Cosqo Shipping! también empresa china que posee sociedad con Volcan.
Y como es de público conocimiento algunas pocas voces valientes han denunciado los abusos de Cosqo y de sus cómplices operativos que empapelan, enjuician, usan artificios por la red y malogran computadoras saboteando conferencias.
Cualquier persona se preguntaría ¿qué dicen los partidos?
Y el desmentido surge de inmediato: en Perú no hay partidos políticos, hay clubes electorales cuyo único cometido y ambición es tener legisladores (o sea traficantes de influencias), gobernadores, alcaldes o regidores. En buen castellano, una manera infame de vivir de la cansada ubre del Estado.
Inferir que la situación no es halagüeña no es difícil.
Si la sociedad carece de movimientos orgánicos con principios, pergaminos cívicos de limpieza acrisolada o genuina y comprobable rectitud de principios, entonces ¿estamos perdidos?
¿Y qué hay de los miedos de comunicación? Entre los principales agentes de la mudez colectiva, están los canales de televisión, radios y medios impresos con excepciones más bien escasas.
Los miedos impulsan su “verdad” que es la que requieren gobiernos inmorales, plenos en crímenes a balazo limpio y regaladores de lo que no es suyo con concesiones de recursos no renovables, la del león para los que invierten y el Estado les “garantiza paz social” y “estabilidad jurídica”.
Léase, paz social (nada de paros o huelgas) y estabilidad jurídica (no se mueve ni un pelo de privilegios, porcentajes, de otro modo arbitraje en el CIADI y millones en pérdidas que paga el pueblo peruano).
Pero el silencio cunde y nadie dice “esta boca es mía”.
Cuando ilustres débiles mentales se apoderan de la cosa pública, los discursos son mediocres; las iniciativas tienen nombre y apellido y los contratos se firman bajo la mesa y en todas estas instancias la “coimisión) -comisión + coima- siempre tiene un lugar de honor.
¿Cuánto cuesta un juez o un periodista para que sentencie o exculpe, informe mal o cínicamente? Los escalafones de tarifas varían y hay los que antaño fueron parte de gobiernos delincuenciales y hoy son reputados “analistas, estrategas, internacionalistas”.
El silencio pudre a las instituciones, las torna anacrónicas, vetustas, incapaces de acudir al reto de transformar al país y generar dinámicas en pos de un Perú libre, justo, culto y digno.
Primero y fundamental, persuadirse que la unión hace la fuerza. Un pacto mínimo y disciplinado para alejar a los pobres diablos de la cosa pública. A los ladrones hay que encarcelarlos con y sin uniforme. Y a las vacas sagradas hay que expulsarlas de cualquier gerencia o mando.
Cada niño o niña que nace en Perú, lleva el ominoso encargo de tener que cumplir con el pago de una deuda contraída por los irresponsables que regalaron el país y la mudez criminal de observadores inertes.
Sólo se necesita fulminar a los rufianes y malhechores, a los estafadores y demagogos, a los pusilánimes y coimeros. Luego de esa higiene radical ¡verán cómo camina la nación!

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¡Rompamos pacto infame y tácito de hablar a media voz!

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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
27-2-2024
¡Rompamos pacto infame y tácito de hablar a media voz!
¡Tenebrosas son las épocas cuando la ciudadanía de un país asiente, no protesta, aguanta con resignación y calla en todos los idiomas optando por el abominable recodo del conformismo!
¿Qué ejemplo pueden dar esos padres de familia a sus hijos? ¿Qué decir de los jefes a sus empleados? Sin dejar de mencionar a los gobernantes que por billetes se dejan comprar la conciencia, regalan puertos, permiten que sus concesionarias no paguen sus obligaciones ni tengan operativas la torre de control y la segunda pista y ¡ni siquiera chisten amago de protesta o mínima indignación.
Hace pocos días, nada menos que Indecopi dio luz verde a que empresas chinas tengan el predominio al 100% en la administración de energía eléctrica en Lima. En el resto del país, otra empresa de igual procedencia asiática, lo tiene en 65% en todo el Perú.
En el lenguaje burocrático, en estúpido, con que las reguladoras se expiden para imponer su especialidad de no dar explicaciones, apelan a la ignorancia de la gente que no puede descifrar si están vendiendo el país de a pocos o de un trancazo.
Vía un memorándum de entendimiento aéreo suscrito por el gobierno, el 2011, obsequioso de Alan García Pérez, se regalaron porciones de quintas libertades a la entonces Lan Chile, hoy LATAM y la falta de reciprocidad con los del sur, ha ocasionado que Perú deje de percibir varios miles de millones de dólares.
¿Han negado o refutado los alanistas ¡una sola palabra! de cuantas denuncias hice comenzando en febrero del 2017 en la televisión? Por esas épocas, todos -Alan incluido- estaban vivos y plenos en sus ocupaciones. Pero ¡no respondieron!
Y desde hace más de un lustro, sucesivos gobiernos “peruanos” han regalado con peligrosas implicancias geopolíticas, el Puerto de Chancay a …… ¡Cosqo Shipping! también empresa china que posee sociedad con Volcan.
Y como es de público conocimiento algunas pocas voces valientes han denunciado los abusos de Cosqo y de sus cómplices operativos que empapelan, enjuician, usan artificios por la red y malogran computadoras saboteando conferencias.
Cualquier persona se preguntaría ¿qué dicen los partidos?
Y el desmentido surge de inmediato: en Perú no hay partidos políticos, hay clubes electorales cuyo único cometido y ambición es tener legisladores (o sea traficantes de influencias), gobernadores, alcaldes o regidores. En buen castellano, una manera infame de vivir de la cansada ubre del Estado.
Inferir que la situación no es halagüeña no es difícil.
Si la sociedad carece de movimientos orgánicos con principios, pergaminos cívicos de limpieza acrisolada o genuina y comprobable rectitud de principios, entonces ¿estamos perdidos?
¿Y qué hay de los miedos de comunicación? Entre los principales agentes de la mudez colectiva, están los canales de televisión, radios y medios impresos con excepciones más bien escasas.
Los miedos impulsan su “verdad” que es la que requieren gobiernos inmorales, plenos en crímenes a balazo limpio y regaladores de lo que no es suyo con concesiones de recursos no renovables, la del león para los que invierten y el Estado les “garantiza paz social” y “estabilidad jurídica”.
Léase, paz social (nada de paros o huelgas) y estabilidad jurídica (no se mueve ni un pelo de privilegios, porcentajes, de otro modo arbitraje en el CIADI y millones en pérdidas que paga el pueblo peruano).
Pero el silencio cunde y nadie dice “esta boca es mía”.
Cuando ilustres débiles mentales se apoderan de la cosa pública, los discursos son mediocres; las iniciativas tienen nombre y apellido y los contratos se firman bajo la mesa y en todas estas instancias la “coimisión) -comisión + coima- siempre tiene un lugar de honor.
¿Cuánto cuesta un juez o un periodista para que sentencie o exculpe, informe mal o cínicamente? Los escalafones de tarifas varían y hay los que antaño fueron parte de gobiernos delincuenciales y hoy son reputados “analistas, estrategas, internacionalistas”.
El silencio pudre a las instituciones, las torna anacrónicas, vetustas, incapaces de acudir al reto de transformar al país y generar dinámicas en pos de un Perú libre, justo, culto y digno.
Primero y fundamental, persuadirse que la unión hace la fuerza. Un pacto mínimo y disciplinado para alejar a los pobres diablos de la cosa pública. A los ladrones hay que encarcelarlos con y sin uniforme. Y a las vacas sagradas hay que expulsarlas de cualquier gerencia o mando.
Cada niño o niña que nace en Perú, lleva el ominoso encargo de tener que cumplir con el pago de una deuda contraída por los irresponsables que regalaron el país y la mudez criminal de observadores inertes.
Sólo se necesita fulminar a los rufianes y malhechores, a los estafadores y demagogos, a los pusilánimes y coimeros. Luego de esa higiene radical ¡verán cómo camina la nación!
