Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
9-7-2024
¿Refundación o al archivo?
Los clubes electorales, alias partidos políticos, parecieran no comprender cabalmente que o se refunda la República o se van todos al archivo y el país a pique.
No es un asunto lejano ni irreal, día que pasa, horas de desencanto, intríngulis complicados y gobierno y parlamento, marchan contra los intereses ciudadanos que alimentan vientos de fronda.
¿Bastaría con proclamar lo que se viene enunciando con el nombre de refundación de la República? Pareciera que esta acción tendiera a pavimentar el camino de un nuevo comportamiento como sociedad y con un Estado a cargo de ¿quiénes?
La pregunta es directa como radical el cuestionamiento: ¿en el bolo, los ilustres ineptos que hemos visto en el hemiciclo congresal, en el gobierno, en la burocracia, en los clubes electorales, en los miedos de comunicación?
¿No se va haciendo urgente reconocer que quienes están desde hace 30 ó 40 años en alguna posición, lo único que han hecho es fracasar y empobrecer al país moral y económicamente? Esa confesión que debiera ser obligatoria, la postergan y aletargan quienes viven de la mamadera pública.
El Perú es el país de las grandes elucubraciones. Somos capaces de analizar hasta el hartazgo. Pero también somos ineptos a la hora de declinar apetitos de parroquia, para juntarnos en el gran proyecto nacional que brilla por su ausencia.
El único derrotero ecuménico, integral y de todas las sangres, debe juntar entre sus filas a cholos, indios, mestizos, blancos, negros o amarillos. Un equipo nacional con soluciones para cada realidad del país, deviene imprescindible.
Hace largos lustros que los peruanos olvidaron (o fueron envueltos en la falta de memoria), qué es trabajar en equipo, por el bien común y con la armonía disciplinada que significa la primacía del sentido de la decencia y la docencia.
¿Es que los funcionarios, de capitán a paje, desde el presidente hasta el más modesto empleado, no pueden mostrar buena conducta e irreprochable honestidad en sus puestos?
Obvio que las colectividades que existen (o sobreviven en ruinas absolutamente desvencijadas), exhiben falencias que van desde saurios podridos en sus inmoralidades y tráfico de influencias, cuanto que aprovechamientos indebidos durante los gobiernos episódicos y con más pena que gloria.
Proclamar poéticamente que éste o aquél fue el mejor gobernante y recordar que a partir del 2006 en las municipales perdieron Trujillo, bastión por décadas, representa una dura verdad que no admite disfraces ni circunloquios. ¿Y qué ocurre en el resto del país? En la levantisca Cajamarca ¡ni siquiera hay local propio!
Y lo antedicho tan solo para ilustrar que las ruinas demuestran por sí solas que cuando se abandona la moral, la honestidad y la limpieza en la cosa pública, acaecen derrumbes estrepitosos que no son ¡ni de lejos! las victorias populares por las que se sacrificaron los mártires y héroes del pueblo.
Las viejas rutinas de propaganda en paredes y volantes, han cedido el paso a los medios electrónicos y a la edición de textos en línea que a veces son insufribles vanidades de gandules que se han convencido, ellos mismos, de ser los líderes que el Perú necesita. Entre bufón y adalid, hay siglos luz de distancia.
El autoendiosamiento se nota a leguas porque idiotas químicamente puros, se encargan de así “escribirlo” en sus “ensayos” en Internet.
Por tanto, los dinosaurios de todos los clubes electorales, alias partidos políticos, aquellos sobre los que no se puede hablar bien porque son sospechosos de tener las uñas largas durante tantos años, merecen la hoguera y clausura definitivas.
Hay sin duda, también, advenedizos, delincuentes de ningún pasado democrático y cómplices de todas las dictaduras. De abuelos, a padres, de éstos a los nietos, no son pocas las generaciones de monreros los que habitan en la política nacional.
Su afán es permanecer con los vínculos directos o indirectos que los liguen al negocio y al aprovechamiento de ocasiones. Su patriotismo es nulo y su dignidad inexistente. Vivaron a Toledo, como ayer a Fujimori y antes a García, a PPK, Vizcarra, Castillo y hoy a Boluarte. Se casan con todos porque así reptan hacia sus protervos fines. El pueblo es una preocupación inexistente para estos.
Da pena y asco ver cómo aparecen los escándalos y ¡lo que es peor! advienen las sospechas que hay peces gordos metidos en los intríngulis. Y no sólo son los oficialistas, aquellos que dijeron ser de oposición y han permitido con la vista gorda más de un desmán. Unos y otros, merecen el escrutinio riguroso de un soberbio y ejemplar castigo en las urnas.
¿Refundación o al archivo?
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
9-7-2024
¿Refundación o al archivo?
Los clubes electorales, alias partidos políticos, parecieran no comprender cabalmente que o se refunda la República o se van todos al archivo y el país a pique.
No es un asunto lejano ni irreal, día que pasa, horas de desencanto, intríngulis complicados y gobierno y parlamento, marchan contra los intereses ciudadanos que alimentan vientos de fronda.
¿Bastaría con proclamar lo que se viene enunciando con el nombre de refundación de la República? Pareciera que esta acción tendiera a pavimentar el camino de un nuevo comportamiento como sociedad y con un Estado a cargo de ¿quiénes?
La pregunta es directa como radical el cuestionamiento: ¿en el bolo, los ilustres ineptos que hemos visto en el hemiciclo congresal, en el gobierno, en la burocracia, en los clubes electorales, en los miedos de comunicación?
¿No se va haciendo urgente reconocer que quienes están desde hace 30 ó 40 años en alguna posición, lo único que han hecho es fracasar y empobrecer al país moral y económicamente? Esa confesión que debiera ser obligatoria, la postergan y aletargan quienes viven de la mamadera pública.
El Perú es el país de las grandes elucubraciones. Somos capaces de analizar hasta el hartazgo. Pero también somos ineptos a la hora de declinar apetitos de parroquia, para juntarnos en el gran proyecto nacional que brilla por su ausencia.
El único derrotero ecuménico, integral y de todas las sangres, debe juntar entre sus filas a cholos, indios, mestizos, blancos, negros o amarillos. Un equipo nacional con soluciones para cada realidad del país, deviene imprescindible.
Hace largos lustros que los peruanos olvidaron (o fueron envueltos en la falta de memoria), qué es trabajar en equipo, por el bien común y con la armonía disciplinada que significa la primacía del sentido de la decencia y la docencia.
¿Es que los funcionarios, de capitán a paje, desde el presidente hasta el más modesto empleado, no pueden mostrar buena conducta e irreprochable honestidad en sus puestos?
Obvio que las colectividades que existen (o sobreviven en ruinas absolutamente desvencijadas), exhiben falencias que van desde saurios podridos en sus inmoralidades y tráfico de influencias, cuanto que aprovechamientos indebidos durante los gobiernos episódicos y con más pena que gloria.
Proclamar poéticamente que éste o aquél fue el mejor gobernante y recordar que a partir del 2006 en las municipales perdieron Trujillo, bastión por décadas, representa una dura verdad que no admite disfraces ni circunloquios. ¿Y qué ocurre en el resto del país? En la levantisca Cajamarca ¡ni siquiera hay local propio!
Y lo antedicho tan solo para ilustrar que las ruinas demuestran por sí solas que cuando se abandona la moral, la honestidad y la limpieza en la cosa pública, acaecen derrumbes estrepitosos que no son ¡ni de lejos! las victorias populares por las que se sacrificaron los mártires y héroes del pueblo.
Las viejas rutinas de propaganda en paredes y volantes, han cedido el paso a los medios electrónicos y a la edición de textos en línea que a veces son insufribles vanidades de gandules que se han convencido, ellos mismos, de ser los líderes que el Perú necesita. Entre bufón y adalid, hay siglos luz de distancia.
El autoendiosamiento se nota a leguas porque idiotas químicamente puros, se encargan de así “escribirlo” en sus “ensayos” en Internet.
Por tanto, los dinosaurios de todos los clubes electorales, alias partidos políticos, aquellos sobre los que no se puede hablar bien porque son sospechosos de tener las uñas largas durante tantos años, merecen la hoguera y clausura definitivas.
Hay sin duda, también, advenedizos, delincuentes de ningún pasado democrático y cómplices de todas las dictaduras. De abuelos, a padres, de éstos a los nietos, no son pocas las generaciones de monreros los que habitan en la política nacional.
Su afán es permanecer con los vínculos directos o indirectos que los liguen al negocio y al aprovechamiento de ocasiones. Su patriotismo es nulo y su dignidad inexistente. Vivaron a Toledo, como ayer a Fujimori y antes a García, a PPK, Vizcarra, Castillo y hoy a Boluarte. Se casan con todos porque así reptan hacia sus protervos fines. El pueblo es una preocupación inexistente para estos.
Da pena y asco ver cómo aparecen los escándalos y ¡lo que es peor! advienen las sospechas que hay peces gordos metidos en los intríngulis. Y no sólo son los oficialistas, aquellos que dijeron ser de oposición y han permitido con la vista gorda más de un desmán. Unos y otros, merecen el escrutinio riguroso de un soberbio y ejemplar castigo en las urnas.
¿Refundación o al archivo?
¡Atentos a la historia; las tribunas aplauden lo que suena bien!
¡Ataquemos al poder; el gobierno lo tiene cualquiera!
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!