¡Políticos brutos! ¡Sí, pero son nuestros!
¡Honor al mérito! Nuestros políticos destacan por su profunda miopía e incontinencia cuando de dar “opiniones” se trata. Hablan porque tienen lengua y la hemorragia produce esperpentos a cual peor que, como no podía ser de otro modo, los brutos reputan como “análisis” y cierta prensa, igual de adocenada y cuasi ciega, celebra con alborozo estrambótico.
Frente a las medidas de nuevo confinamiento ¡no hay una sola iniciativa de futuro! Todos zahieren al presidente Sagasti, a sus ministros, a su gobierno y hay bárbaros que hasta le llaman “comunista” o sandeces por el estilo.
El grave problema de nuestros políticos desde hace más de 40 años es que son ineptos para proyectar un país vivible por los próximo 50 ó 70 años. Son lenguaraces y producen indigestiones cerebrales capaces de enredar una telaraña. Ciertamente tampoco son muy entendidos en el análisis de los grandes temas de la agenda nacional.
Un par de temas urticantes pero que poco o nada concitan atención.
¿Cuántos políticos se preocupan por la soberanía de los cielos peruanos hoy cuasi obsequiados por el gobierno de Alan García (2011) a Latam (antes Lan Chile)? Ni siquiera pueden definir lo que son quintas libertades y los segmentos concedidos en absoluta desigualdad a la aerolínea foránea.
LAP, Lima Airport Partners, la concesionaria del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, pretende, so pretexto de una desgracia nacional –así llaman a la pandemia-, construir la II pista del primer terminal aéreo del Perú para dentro de varios años más. Ya llevan casi 2 décadas con esa versión. Lo cierto, constatable, desgraciado, es que el AIJCH, ya está muy a la zaga de otros aeropuertos de la zona latinoamericana. ¿Y los políticos? Los muy mentecatos ignoran el asunto. No se sabe si por exceso de gratificaciones o por estulticia congénita.
¿Conocen Perú nuestros políticos? Más allá de uno que otro barrio y metropolitano, la mayor cantidad de personajes que se hacen llamar políticos, son burros en entender que Perú no sólo tiene Costa, Sierra y Montaña sino que debiera considerar los cielos y el Mar de Grau como 4ta y 5ta región a defender y honrar.
¿Qué sí saben? Es cierto que no todos, pero un 95% sí practica la estafa de la fe del pueblo; tráfico de influencias; mal uso de la información del Estado y hoy pueden ser parlamentarios y mañana pelearán desde la gerencia de alguna multinacional, la famosa puerta giratoria. Y todo sin pizca de rubor o vergüenza mínima.
Resulta explicable el porqué los partidos políticos carecen de respaldo ciudadano al modo de antes. No hay vítores, tampoco victorias en las calles ni protesta firme, hay connivencia salvaje y entre todos se culpan. Los que se van, entrenan a los que llegan en el finísimo arte de callarse la boca para seguir mamando de la cansada ubre del Estado y la corrupción campea destruyendo todo a su paso.
Más que un país, somos una caricatura informe, desproporcionada, inmóvil al cambio pero proclive a elegir rateros y pícaros en los puestos más importantes. ¿Cómo puede entenderse que todos los ex presidentes tengan cuentas por saldar con la justicia? Uno de ellos se metió un tiro porque barruntaba que los grilletes se le acercaban peligrosamente.
Al modo que un presidente norteamericano, refiriéndose a Rafael Leónidas Trujillo de República Dominicana (but he is our son of a bitch), hay que repetir el sarcasmo del titular de esta humilde nota:
¡Políticos brutos! ¡Sí, pero son nuestros
Tags relacionados
¡Políticos brutos! ¡Sí, pero son nuestros!
¡Honor al mérito! Nuestros políticos destacan por su profunda miopía e incontinencia cuando de dar “opiniones” se trata. Hablan porque tienen lengua y la hemorragia produce esperpentos a cual peor que, como no podía ser de otro modo, los brutos reputan como “análisis” y cierta prensa, igual de adocenada y cuasi ciega, celebra con alborozo estrambótico.
Frente a las medidas de nuevo confinamiento ¡no hay una sola iniciativa de futuro! Todos zahieren al presidente Sagasti, a sus ministros, a su gobierno y hay bárbaros que hasta le llaman “comunista” o sandeces por el estilo.
El grave problema de nuestros políticos desde hace más de 40 años es que son ineptos para proyectar un país vivible por los próximo 50 ó 70 años. Son lenguaraces y producen indigestiones cerebrales capaces de enredar una telaraña. Ciertamente tampoco son muy entendidos en el análisis de los grandes temas de la agenda nacional.
Un par de temas urticantes pero que poco o nada concitan atención.
¿Cuántos políticos se preocupan por la soberanía de los cielos peruanos hoy cuasi obsequiados por el gobierno de Alan García (2011) a Latam (antes Lan Chile)? Ni siquiera pueden definir lo que son quintas libertades y los segmentos concedidos en absoluta desigualdad a la aerolínea foránea.
LAP, Lima Airport Partners, la concesionaria del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, pretende, so pretexto de una desgracia nacional –así llaman a la pandemia-, construir la II pista del primer terminal aéreo del Perú para dentro de varios años más. Ya llevan casi 2 décadas con esa versión. Lo cierto, constatable, desgraciado, es que el AIJCH, ya está muy a la zaga de otros aeropuertos de la zona latinoamericana. ¿Y los políticos? Los muy mentecatos ignoran el asunto. No se sabe si por exceso de gratificaciones o por estulticia congénita.
¿Conocen Perú nuestros políticos? Más allá de uno que otro barrio y metropolitano, la mayor cantidad de personajes que se hacen llamar políticos, son burros en entender que Perú no sólo tiene Costa, Sierra y Montaña sino que debiera considerar los cielos y el Mar de Grau como 4ta y 5ta región a defender y honrar.
¿Qué sí saben? Es cierto que no todos, pero un 95% sí practica la estafa de la fe del pueblo; tráfico de influencias; mal uso de la información del Estado y hoy pueden ser parlamentarios y mañana pelearán desde la gerencia de alguna multinacional, la famosa puerta giratoria. Y todo sin pizca de rubor o vergüenza mínima.
Resulta explicable el porqué los partidos políticos carecen de respaldo ciudadano al modo de antes. No hay vítores, tampoco victorias en las calles ni protesta firme, hay connivencia salvaje y entre todos se culpan. Los que se van, entrenan a los que llegan en el finísimo arte de callarse la boca para seguir mamando de la cansada ubre del Estado y la corrupción campea destruyendo todo a su paso.
Más que un país, somos una caricatura informe, desproporcionada, inmóvil al cambio pero proclive a elegir rateros y pícaros en los puestos más importantes. ¿Cómo puede entenderse que todos los ex presidentes tengan cuentas por saldar con la justicia? Uno de ellos se metió un tiro porque barruntaba que los grilletes se le acercaban peligrosamente.
Al modo que un presidente norteamericano, refiriéndose a Rafael Leónidas Trujillo de República Dominicana (but he is our son of a bitch), hay que repetir el sarcasmo del titular de esta humilde nota:
¡Políticos brutos! ¡Sí, pero son nuestros