Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
1-7-2024
Plaza Bolívar ¡componendas ya!
¡Arrancó este julio, el segundo medio año! Y con él la emocionante colección de componendas, arreglos, transacciones, consensos para ganar la mesa directiva del Congreso. No es que sus integrantes promuevan o eleven con luces espectaculares, un trámite normal, es que la columna vertebral resulta en que permanezcan, a como dé lugar, en sus escaños.
El adelanto de elecciones nacionales no fue una realidad. El gobierno de doña Dina que debe estar volviendo de su visita a China, se parapetó con el apoyo de Plaza Bolívar y no hubo forma de consultar a la ciudadanía por un nuevo gobierno.
Pocas veces en el mundo, una administración que tiene sobre sí el desastroso 5% de aprobación entre la civilidad, es capaz de perpetuarse como ocurre aquí. Y el Congreso, no le va muy a la zaga.
Es evidente reconocer que a ambos, gobierno y parlamento, guía una inspiración laboral de no perder el fajín de ministro o el escaño de legiferante y los privilegios colaterales. En el primer caso, mirada desde las alturas de la administración, y en el segundo, protocolos que les llamen doctores, tengan chofer y gasolina pagada, viajes sufragados por el Estado, invitaciones a decir cualquier bobada en los miedos de comunicación y no hay que descartar, tampoco, el conocido tráfico de influencias urbi et orbi.
Más aún. El gobierno no puede ocultar las casi 60 víctimas a balazo militar desde el 7 de diciembre, fecha aciaga en que el señor Castillo, provocó su suicidio y tragedia. El Congreso que se había pasado año y medio fabricando la vacancia ¡ni siquiera pudo lograr la meta golpista!
Entonces queda claramente establecido que la coexistencia entre gobierno y Congreso, afinca en el equilibrio que ambos estén en sus puestos, es una patética comprobación antidemocrática. ¡No representan a nadie, pero no dejan las mieles que dan los sueldos fijos y las esferas de influencia en todo el país!
¿Puede un Congreso de esmirriado respaldo popular e inexistente calidad intelectual, menos política, traicionar la voluntad ciudadana que años atrás en referéndum, aprobado por más de 16 millones de personas, abominó de la reelección inmediata cuanto que la vuelta del Senado?
Los senatoriales opinan que la cámara alta enriquecería la calidad de los debates. Si los participantes son los mismos simios analfabetos ¿de qué altura hablan? Recuérdese el dicho: ¿qué sabe el burro de alfajores?
Las agrupaciones colectivas de la oposición suman cientos y carecen de la imprescindible vertebración para dar solidez a sus proyectos. Con la dispersión, se anemiza la propuesta y la ganancia de los pescadores en río revuelto se convierte en un apotegma lamentable.
Hay termocéfalos que insisten en que sus células aisladas son capaces de proponer al país un plan de gobierno esencial y potente. Pero, carece del elemento esencial de la unión, representa el salto inequívoco al vacío.
¿Qué hacen los empresarios realmente comprometidos con el Perú? Existen de ese tipo y honran su amor al país, invirtiendo, reinvirtiendo, generando puestos de trabajo, inculcando educación laboral con disciplina y afán de superación. ¿Por qué algunas de estas personas no entran a la política? ¡Estoy seguro que darían mucho de su experiencia y audacia!
¿Cómo logramos un país vivible, con empresas grandes que estén en el mundo, engarzando la inmensa despensa de recursos del Perú para transformar materia prima en productos elaborados y que nos recompensen con mejor precio, más divisas, más ingresos?
¿Escuchó usted amable lector que alguna agrupación política le ofrezca revisar todos esos contratos con estabilidad jurídica pétrea y que promueven ganancias desmedidas a sus beneficiados? ¿Y qué hay de las concesiones que mal ha hecho el Estado peruano? ¿No hay un aeropuerto, el principal del país, cuya II pista y torre de control (inauguradas el 2023) están como no operativas?
Por cierto, estos asuntos y otros tan importantes no son de la preocupación de los precarios inquilinos de Plaza Bolívar. Allí impera el hambre por el fin de mes, el aprovechamiento gratuito de recursos que pone el Estado, las facilidades que se gestionan con el tráfico de influencias.
Veremos en breve, cómo se afilan las uñas algunos. Otros apoyarán a los de más allá. ¿Hay reales diferencias en los bandos? Me temo que el dicho ibérico calza bien: ¡Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando! ¡Bah!
Bien recordaba Manuel González Prada: “tomar a lo serio cosas del Perú, esto no es república sino mojiganga”.
Tags relacionados
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
1-7-2024
Plaza Bolívar ¡componendas ya!
¡Arrancó este julio, el segundo medio año! Y con él la emocionante colección de componendas, arreglos, transacciones, consensos para ganar la mesa directiva del Congreso. No es que sus integrantes promuevan o eleven con luces espectaculares, un trámite normal, es que la columna vertebral resulta en que permanezcan, a como dé lugar, en sus escaños.
El adelanto de elecciones nacionales no fue una realidad. El gobierno de doña Dina que debe estar volviendo de su visita a China, se parapetó con el apoyo de Plaza Bolívar y no hubo forma de consultar a la ciudadanía por un nuevo gobierno.
Pocas veces en el mundo, una administración que tiene sobre sí el desastroso 5% de aprobación entre la civilidad, es capaz de perpetuarse como ocurre aquí. Y el Congreso, no le va muy a la zaga.
Es evidente reconocer que a ambos, gobierno y parlamento, guía una inspiración laboral de no perder el fajín de ministro o el escaño de legiferante y los privilegios colaterales. En el primer caso, mirada desde las alturas de la administración, y en el segundo, protocolos que les llamen doctores, tengan chofer y gasolina pagada, viajes sufragados por el Estado, invitaciones a decir cualquier bobada en los miedos de comunicación y no hay que descartar, tampoco, el conocido tráfico de influencias urbi et orbi.
Más aún. El gobierno no puede ocultar las casi 60 víctimas a balazo militar desde el 7 de diciembre, fecha aciaga en que el señor Castillo, provocó su suicidio y tragedia. El Congreso que se había pasado año y medio fabricando la vacancia ¡ni siquiera pudo lograr la meta golpista!
Entonces queda claramente establecido que la coexistencia entre gobierno y Congreso, afinca en el equilibrio que ambos estén en sus puestos, es una patética comprobación antidemocrática. ¡No representan a nadie, pero no dejan las mieles que dan los sueldos fijos y las esferas de influencia en todo el país!
¿Puede un Congreso de esmirriado respaldo popular e inexistente calidad intelectual, menos política, traicionar la voluntad ciudadana que años atrás en referéndum, aprobado por más de 16 millones de personas, abominó de la reelección inmediata cuanto que la vuelta del Senado?
Los senatoriales opinan que la cámara alta enriquecería la calidad de los debates. Si los participantes son los mismos simios analfabetos ¿de qué altura hablan? Recuérdese el dicho: ¿qué sabe el burro de alfajores?
Las agrupaciones colectivas de la oposición suman cientos y carecen de la imprescindible vertebración para dar solidez a sus proyectos. Con la dispersión, se anemiza la propuesta y la ganancia de los pescadores en río revuelto se convierte en un apotegma lamentable.
Hay termocéfalos que insisten en que sus células aisladas son capaces de proponer al país un plan de gobierno esencial y potente. Pero, carece del elemento esencial de la unión, representa el salto inequívoco al vacío.
¿Qué hacen los empresarios realmente comprometidos con el Perú? Existen de ese tipo y honran su amor al país, invirtiendo, reinvirtiendo, generando puestos de trabajo, inculcando educación laboral con disciplina y afán de superación. ¿Por qué algunas de estas personas no entran a la política? ¡Estoy seguro que darían mucho de su experiencia y audacia!
¿Cómo logramos un país vivible, con empresas grandes que estén en el mundo, engarzando la inmensa despensa de recursos del Perú para transformar materia prima en productos elaborados y que nos recompensen con mejor precio, más divisas, más ingresos?
¿Escuchó usted amable lector que alguna agrupación política le ofrezca revisar todos esos contratos con estabilidad jurídica pétrea y que promueven ganancias desmedidas a sus beneficiados? ¿Y qué hay de las concesiones que mal ha hecho el Estado peruano? ¿No hay un aeropuerto, el principal del país, cuya II pista y torre de control (inauguradas el 2023) están como no operativas?
Por cierto, estos asuntos y otros tan importantes no son de la preocupación de los precarios inquilinos de Plaza Bolívar. Allí impera el hambre por el fin de mes, el aprovechamiento gratuito de recursos que pone el Estado, las facilidades que se gestionan con el tráfico de influencias.
Veremos en breve, cómo se afilan las uñas algunos. Otros apoyarán a los de más allá. ¿Hay reales diferencias en los bandos? Me temo que el dicho ibérico calza bien: ¡Tanto monta, monta tanto, Isabel como Fernando! ¡Bah!
Bien recordaba Manuel González Prada: “tomar a lo serio cosas del Perú, esto no es república sino mojiganga”.