Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
4-2-2025
¡No al servilismo diplomático!
Alfredo Ferrero Diez Canseco tiene derecho a pensar lo que guste y a actuar en consecuencia. A fin de cuentas, la obsecuencia, miopía y estupidez no son delitos penales. A lo que sí está constreñido o vedado, es a utilizar la importante función pública que el Estado peruano le ha encomendado, como embajador en los Estados Unidos, para promover sus malhadadas convicciones partidistas.
¡Dramáticamente peor cuando implican un acto de servilismo hacia el gobierno extranjero ante el cual ejerce la representación diplomática del Perú y en desvergonzado detrimento de una nación, México, con la cual Perú mantiene lazos históricos de mucha raigambre, identidad, folklore, lucha democrática y paradigma social.
Imposible suponer que el señor Ferrero tenga mayor conocimiento de estas ligazones con México que protagoniza el caso de ver cómo el imperialismo en forma de aranceles es practicado por la nueva administración que lidera Donald Trump.
Este último fin de semana, la Embajada del Perú en los Estados Unidos, que dirige Alfredo Ferrero, publicó en su cuenta oficial Instagram, un video del Departamento de Estado, en el que el nuevo secretario de esa entidad, formula grandilocuentes promesas para la relación de su país con América Latina:
Instagram de @usembassyperu: https://www.instagram.com/reel/DFijEqnRBAg/?utm_source=ig_web_button_share_sheet . Esta publicación no va acompañada de algún mensaje que refleje la posición oficial del gobierno peruano al respecto.
En buen castellano, la embajada peruana funge de parlante repetidor de cuanto diga con respecto a América Latina el Departamento de Estado. ¿Paga el fisco peruano por esa labor de la que hay dudas sobradas que no son parte del trabajo de ningún diplomático peruano?
En cualquier circunstancia es contrario a la práctica diplomática que una embajada extranjera se convierta en vocera del país anfitrión, pero el caso en mención es aún más grave considerando que en este caso el “servicio de prensa no solicitado” se refiere a un régimen que apenas asumidas sus funciones, ha iniciado la masiva deportación de miles de migrantes latinoamericanos.
¡No sólo eso!, ha impuesto torpes penalidades arancelarias a dos importantes naciones hermanas del hemisferio: México y Canadá; ha suspendido todos sus programas de ayuda al desarrollo, incluyendo los de la lucha contra el narcotráfico, cuyos beneficiarios principales son los propios Estados Unidos.
Con discutible análisis o sin exigente estudio, el presidente Donald Trump acaba de declarar que en su país “no necesitamos a América Latina”. Curiosa la aserción que estaría convalidando con inocencia más que boba que entonces el avance financiero, comercial e industrial de China tiene todas las “simpatías” de aquél porque carece de cualquier empatía con América Latina.
¿Es que el Perú ahora tiene dos cancillerías, una radicada en Torre Tagle y la otra dirigida a su antojo por el petulante, novato e improductivo Alfredo Ferrero?
¿Es que Ferrero, promovido al cargo por el egocéntrico y nada imaginativo González Olaechea, de triste e intrascendente tránsito por el cargo de canciller, cree que el servilismo beneficiará la relación del Perú con los Estados Unidos?
Por donde se mire, el vergonzoso mensaje que da Perú, con un embajador que tan obsequiosamente se baja los pantalones en nombre de todos los peruanos, deviene en contrasentido o huachafería con motivos aún no declarados.
Ante el complejo escenario diplomático que empieza a dibujarse en torno al gobierno de Trump, resulta imprescindible recuperar el profesionalismo que González Olaechea sacrificó para servir a su amigo Ferrero, y asignar el cargo de embajador ante los Estados Unidos a un especialista dispuesto a servir al Perú y no a sus personales alucinaciones políticas.
Gústenos o no, si hay un puesto de alta delicadeza en un mar picado y pleno en tiburones imperialistas, ese es el de embajador en Washington D.C. (distrito de Columbia, alguien parece haber confundido las letras con su apellido).
Perú tiene la oportunidad de dar luces en las negociaciones con la potencia imperial del norte. Pero echa por tierra cualquier profesionalismo o decencia si se persiste en la necedad de quienes tienen sus proyectitos personales y ambiciosos cuanto que comerciales a los que contribuyera desde hace decenios atrás (el TLC con EEUU).
¡Esa majadería en forma de embajada parlante no puede ser pagada por el dinero del peruano contribuyente!
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
4-2-2025
¡No al servilismo diplomático!
Alfredo Ferrero Diez Canseco tiene derecho a pensar lo que guste y a actuar en consecuencia. A fin de cuentas, la obsecuencia, miopía y estupidez no son delitos penales. A lo que sí está constreñido o vedado, es a utilizar la importante función pública que el Estado peruano le ha encomendado, como embajador en los Estados Unidos, para promover sus malhadadas convicciones partidistas.
¡Dramáticamente peor cuando implican un acto de servilismo hacia el gobierno extranjero ante el cual ejerce la representación diplomática del Perú y en desvergonzado detrimento de una nación, México, con la cual Perú mantiene lazos históricos de mucha raigambre, identidad, folklore, lucha democrática y paradigma social.
Imposible suponer que el señor Ferrero tenga mayor conocimiento de estas ligazones con México que protagoniza el caso de ver cómo el imperialismo en forma de aranceles es practicado por la nueva administración que lidera Donald Trump.
Este último fin de semana, la Embajada del Perú en los Estados Unidos, que dirige Alfredo Ferrero, publicó en su cuenta oficial Instagram, un video del Departamento de Estado, en el que el nuevo secretario de esa entidad, formula grandilocuentes promesas para la relación de su país con América Latina:
Instagram de @usembassyperu: https://www.instagram.com/reel/DFijEqnRBAg/?utm_source=ig_web_button_share_sheet . Esta publicación no va acompañada de algún mensaje que refleje la posición oficial del gobierno peruano al respecto.
En buen castellano, la embajada peruana funge de parlante repetidor de cuanto diga con respecto a América Latina el Departamento de Estado. ¿Paga el fisco peruano por esa labor de la que hay dudas sobradas que no son parte del trabajo de ningún diplomático peruano?
En cualquier circunstancia es contrario a la práctica diplomática que una embajada extranjera se convierta en vocera del país anfitrión, pero el caso en mención es aún más grave considerando que en este caso el “servicio de prensa no solicitado” se refiere a un régimen que apenas asumidas sus funciones, ha iniciado la masiva deportación de miles de migrantes latinoamericanos.
¡No sólo eso!, ha impuesto torpes penalidades arancelarias a dos importantes naciones hermanas del hemisferio: México y Canadá; ha suspendido todos sus programas de ayuda al desarrollo, incluyendo los de la lucha contra el narcotráfico, cuyos beneficiarios principales son los propios Estados Unidos.
Con discutible análisis o sin exigente estudio, el presidente Donald Trump acaba de declarar que en su país “no necesitamos a América Latina”. Curiosa la aserción que estaría convalidando con inocencia más que boba que entonces el avance financiero, comercial e industrial de China tiene todas las “simpatías” de aquél porque carece de cualquier empatía con América Latina.
¿Es que el Perú ahora tiene dos cancillerías, una radicada en Torre Tagle y la otra dirigida a su antojo por el petulante, novato e improductivo Alfredo Ferrero?
¿Es que Ferrero, promovido al cargo por el egocéntrico y nada imaginativo González Olaechea, de triste e intrascendente tránsito por el cargo de canciller, cree que el servilismo beneficiará la relación del Perú con los Estados Unidos?
Por donde se mire, el vergonzoso mensaje que da Perú, con un embajador que tan obsequiosamente se baja los pantalones en nombre de todos los peruanos, deviene en contrasentido o huachafería con motivos aún no declarados.
Ante el complejo escenario diplomático que empieza a dibujarse en torno al gobierno de Trump, resulta imprescindible recuperar el profesionalismo que González Olaechea sacrificó para servir a su amigo Ferrero, y asignar el cargo de embajador ante los Estados Unidos a un especialista dispuesto a servir al Perú y no a sus personales alucinaciones políticas.
Gústenos o no, si hay un puesto de alta delicadeza en un mar picado y pleno en tiburones imperialistas, ese es el de embajador en Washington D.C. (distrito de Columbia, alguien parece haber confundido las letras con su apellido).
Perú tiene la oportunidad de dar luces en las negociaciones con la potencia imperial del norte. Pero echa por tierra cualquier profesionalismo o decencia si se persiste en la necedad de quienes tienen sus proyectitos personales y ambiciosos cuanto que comerciales a los que contribuyera desde hace decenios atrás (el TLC con EEUU).
¡Esa majadería en forma de embajada parlante no puede ser pagada por el dinero del peruano contribuyente!