Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-2-2024

Natural born idiots

Idiotas congénitos o analfabetos funcionales, aplícase a personas con discapacidades intelectuales severas.

Manuel González Prada, en el demoledor artículo Nuestros legisladores, (Horas de Lucha, 1906), dictaminó con los de su tiempo:

“Entonces ¿de qué nos sirven los Congresos? ¿Por qué, en lugar de discutir la disminución o el aumento de las dietas, no ponen en tela de juicio la necesidad y conveniencia de suprimirse?

¡Qué han de hacerlo! Senadurías y diputaciones dejan de ser cargos temporales y van concluyendo por constituir prebendas inamovibles, feudos hereditarios, bienes propios de ciertas familias, en determinadas circunscripciones. Hay hombres que, habiendo ejercido por treinta o cuarenta años las funciones de representante, legan a sus hijos o nietos la senaduría o la diputación.

No han encontrado la manera de llevarse las curules al otro mundo. Haciendo el solo papel de amenes o turiferarios del Gobierno, los honorables resultan carísimos, tanto por los emolumentos de ley y las propinas extras, como por los favores y canonjías que merodean para sus ahijados, sus electores y sus parientes.

Comadrejas de bolsas insondables, llevan consigo a toda su larga parentela de hambrones y desarrapados. En cada miembro del Poder Legislativo hay un enorme parásito con su innumerable colonia de subparásitos, una especie de animal colectivo y omnívoro que succiona los jugos vitales de la Nación”.

Hay ciertos natural born idiots que están a punto de consumar un sendero ya caminado durante la dictadura fujimorista: la arremetida contra las instituciones, en esta oportunidad, traerse abajo a la Junta Nacional de Justicia, es su misión.

¿Cómo puede explicarse la torpeza bestial de que son dueños los natural born idiots? Si las investigaciones y procesos continúan, muchos legiferantes pueden acabar sus días en cárceles mucho menos cómodas que sus actuales escaños.

De ser lisonjeados por choferes, asesores y secretarias, evolucionarían a suprimir sus nombres por números por identificación. Ciertamente su condición de natural born idiots no se la discutiría nadie, pero la vanidad es uno de sus defectos más comunes.

Los llamados a preguntar, cuestionar, indagar hasta la saciedad y a revelar la información documentada, los periodistas, a veces se “olvidan” de hacerlo y pasan por alto gruesas violaciones contra la moral, la honradez pública y la ética.

El conchabo discurre por un trueque muy sencillo: levantamiento de la “figura o discurso” del natural born idiot contra propinas cuyo escalafón varía según trato directo o por el calibre de los contenidos.

Conozco a personas cuya ambición más acariciada era ser parlamentario. Una vez en el escaño trocaron en portavoces de las iniciativas más desopilantes, del sistema y pegados a la diestra. ¡De otro modo no lo invitan a almuerzos, reuniones de “alta sociedad” y tampoco le llaman “doctor” todo el tiempo.

¿Y legislaron algo? El detalle de producción de gentuza que vive lustros en el Congreso es de una pobreza calamitosa. Gozaron y aprovecharon el emolumento parlamentario, disfrutaron del protocolo que enmascara a los natural born idiots y los convierte en “referentes” del debate.

¿Por qué el Estado invierte tantos miles de soles en comprobados buenos para nada? El sueldo mensual es una parte pequeña, el combinado viene con carne y hueso, siendo el tráfico de influencias, la más jugosa presea que conquistar.

Es cierto que las encuestas son pasajeras y tienen que ver con el momento. Pero existe un hato de legisladores que desde que llegaron sólo estuvieron con afanes golpistas, mostrando el lado oscuro de sus ingenios mediocres y exhibiendo gruesas deficiencias intelectuales.

A la nefasta mayoría legislativa fujimorista de los años 90, con delincuentes de pedigree comprobado, después de derrumbar al Tribunal Constitucional, les fue muy mal. El pueblo les castigó con votos escasos y esa era está a punto de repetirse en estos días.

Han cambiado las moscas, los natural born idiots, pero el atroz ataque avieso contra la democracia, la muy precaria nuestra, es el mismo.

Los silencios y mudeces dan cuenta de incapacidades por falta de valentía y formación cívica. De esos oscurantismos nacerá la protesta y eventual victoria que nos debe el porvenir.

Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz.