Política

Malas prácticas y altas capacidades

hcmujica@gmail.com
AltasCapacidades
26 de julio del 2024

Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
27-7-2024

Malas prácticas y altas capacidades

Denunciar malas praxis y prácticas inadecuadas en el desarrollo y bienestar de niños con altas capacidades es imprescindible para señalar las alternativas y garantizar una educación inclusiva y de calidad”, reveló José Manuel Delgado, psicólogo social.

Entre las principales malas prácticas en la atención educativa de estudiantes con altas capacidades, tenemos la falta de atención diferenciada y personalizada, la obstaculización de la participación de ellos en espacios extracurriculares fuera de la escuela, e inclusive, el condicionamiento de notas académicas si es que estos estudiantes asisten a dichos programas.

“En primer lugar –subraya Delgado- respecto a la falta de atención diferenciada y personalizada, muchos colegios privados e instituciones educativas públicas no identifican las altas capacidades ni proporcionan un enfoque educativo diferenciado para estos niños que estimule sus habilidades e intereses, por lo que su única alternativa es acudir a programas adaptados que estimulen su intelecto y creatividad fuera del ámbito escolar”.

Es más, algunas instituciones educativas cuestionan las capacidades de los niños o la pertinencia de los diagnósticos que sus padres les presentan para excusarse en no dar esa respuesta que necesitan. Por el contrario, les obligan a seguir el mismo currículo y estructura que sus compañeros, lo que puede llevarles al aburrimiento, desmotivación.

Abunda Delgado: “En segundo lugar, las instituciones educativas generan obstáculos para participar en programas extracurriculares. Algunos colegios no facilitan la participación de estos niños en programas extracurriculares específicos para altas capacidades. Esto incluye dificultades para ajustar horarios y falta de apoyo logístico”.

“En tercer lugar, algunas instituciones educativas condicionan las notas de sus estudiantes con altas capacidades matriculados que optan por asistir a los pocos programas de altas capacidades extracurriculares que existen. Sus argumentos varían entre que esas horas adicionales son "contraproducentes" para ellos; que afectan su horario escolar en el caso en que su participación se cruce con las horas académicas; o que son instituciones educativas autónomas y tienen sus propios reglamentos, y son los estudiantes y sus padres los que tienen que adaptarse a ellos”.

Alternativas

-“Programas educativos diferenciados: Las escuelas deben desarrollar e implementar programas educativos que se adapten a las necesidades específicas de los estudiantes con altas capacidades.

-La participación en programas extracurriculares: es crucial que las escuelas apoyen la participación de estos niños diseñados para altas capacidades.

-Los docentes y personal educativo deben recibir formación continua sobre cómo identificar y apoyar a estudiantes con altas capacidades. La sensibilización y el conocimiento son fundamentales.

-Las escuelas deben mantener una comunicación abierta y constante con las familias de los estudiantes con altas capacidades. La colaboración entre padres y educadores es esencial para diseñar estrategias efectivas de apoyo y seguimiento del progreso del estudiante.

Lo que no se debe hacer

-Cuestionar los diagnósticos que presentan los padres de familia o terceros, o peor aún, cuestionar las capacidades de los propios estudiantes con presunción de altas capacidades.

-Obligar a los estudiantes con altas capacidades a seguir el mismo currículo que el resto de sus compañeros es contraproducente y puede limitar su desarrollo intelectual y emocional.

-Prohibir o desalentar la participación de los estudiantes con diagnóstico o presunción de altas capacidades en programas de altas capacidades, cualquier práctica que impida o desmotive debe ser erradicada y denunciada ante las autoridades competentes.

-Las calificaciones de los estudiantes no deben ser utilizadas como herramienta de coerción para controlar su participación en programas de altas capacidades.

-Negar el acceso de profesionales de los programas de altas capacidades para identificar a posibles estudiantes con altas capacidades, negar su competencia diagnóstica o cuestionar sus informes o solicitudes en favor de los estudiantes.

Para concluir, es imperativo que tanto las escuelas públicas como privadas adopten políticas y prácticas inclusivas que reconozcan y apoyen las necesidades de los estudiantes con altas capacidades. La educación diferenciada y el acceso a programas extracurriculares específicos no son privilegios, sino derechos que deben ser garantizados para el desarrollo pleno de estos niños. La denuncia y corrección de las malas praxis en las instituciones educativas es un paso esencial hacia una educación más justa y equitativa para todos”, finaliza el especialista José Manuel Delgado.

Tags relacionados
Política

Malas prácticas y altas capacidades

hcmujica@gmail.com
AltasCapacidades
26 de julio del 2024

Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
27-7-2024

Malas prácticas y altas capacidades

Denunciar malas praxis y prácticas inadecuadas en el desarrollo y bienestar de niños con altas capacidades es imprescindible para señalar las alternativas y garantizar una educación inclusiva y de calidad”, reveló José Manuel Delgado, psicólogo social.

Entre las principales malas prácticas en la atención educativa de estudiantes con altas capacidades, tenemos la falta de atención diferenciada y personalizada, la obstaculización de la participación de ellos en espacios extracurriculares fuera de la escuela, e inclusive, el condicionamiento de notas académicas si es que estos estudiantes asisten a dichos programas.

“En primer lugar –subraya Delgado- respecto a la falta de atención diferenciada y personalizada, muchos colegios privados e instituciones educativas públicas no identifican las altas capacidades ni proporcionan un enfoque educativo diferenciado para estos niños que estimule sus habilidades e intereses, por lo que su única alternativa es acudir a programas adaptados que estimulen su intelecto y creatividad fuera del ámbito escolar”.

Es más, algunas instituciones educativas cuestionan las capacidades de los niños o la pertinencia de los diagnósticos que sus padres les presentan para excusarse en no dar esa respuesta que necesitan. Por el contrario, les obligan a seguir el mismo currículo y estructura que sus compañeros, lo que puede llevarles al aburrimiento, desmotivación.

Abunda Delgado: “En segundo lugar, las instituciones educativas generan obstáculos para participar en programas extracurriculares. Algunos colegios no facilitan la participación de estos niños en programas extracurriculares específicos para altas capacidades. Esto incluye dificultades para ajustar horarios y falta de apoyo logístico”.

“En tercer lugar, algunas instituciones educativas condicionan las notas de sus estudiantes con altas capacidades matriculados que optan por asistir a los pocos programas de altas capacidades extracurriculares que existen. Sus argumentos varían entre que esas horas adicionales son "contraproducentes" para ellos; que afectan su horario escolar en el caso en que su participación se cruce con las horas académicas; o que son instituciones educativas autónomas y tienen sus propios reglamentos, y son los estudiantes y sus padres los que tienen que adaptarse a ellos”.

Alternativas

-“Programas educativos diferenciados: Las escuelas deben desarrollar e implementar programas educativos que se adapten a las necesidades específicas de los estudiantes con altas capacidades.

-La participación en programas extracurriculares: es crucial que las escuelas apoyen la participación de estos niños diseñados para altas capacidades.

-Los docentes y personal educativo deben recibir formación continua sobre cómo identificar y apoyar a estudiantes con altas capacidades. La sensibilización y el conocimiento son fundamentales.

-Las escuelas deben mantener una comunicación abierta y constante con las familias de los estudiantes con altas capacidades. La colaboración entre padres y educadores es esencial para diseñar estrategias efectivas de apoyo y seguimiento del progreso del estudiante.

Lo que no se debe hacer

-Cuestionar los diagnósticos que presentan los padres de familia o terceros, o peor aún, cuestionar las capacidades de los propios estudiantes con presunción de altas capacidades.

-Obligar a los estudiantes con altas capacidades a seguir el mismo currículo que el resto de sus compañeros es contraproducente y puede limitar su desarrollo intelectual y emocional.

-Prohibir o desalentar la participación de los estudiantes con diagnóstico o presunción de altas capacidades en programas de altas capacidades, cualquier práctica que impida o desmotive debe ser erradicada y denunciada ante las autoridades competentes.

-Las calificaciones de los estudiantes no deben ser utilizadas como herramienta de coerción para controlar su participación en programas de altas capacidades.

-Negar el acceso de profesionales de los programas de altas capacidades para identificar a posibles estudiantes con altas capacidades, negar su competencia diagnóstica o cuestionar sus informes o solicitudes en favor de los estudiantes.

Para concluir, es imperativo que tanto las escuelas públicas como privadas adopten políticas y prácticas inclusivas que reconozcan y apoyen las necesidades de los estudiantes con altas capacidades. La educación diferenciada y el acceso a programas extracurriculares específicos no son privilegios, sino derechos que deben ser garantizados para el desarrollo pleno de estos niños. La denuncia y corrección de las malas praxis en las instituciones educativas es un paso esencial hacia una educación más justa y equitativa para todos”, finaliza el especialista José Manuel Delgado.

Tags relacionados