Líos alanistas: la sartén le dice a la olla, no me tiznes

Líos alanistas: la sartén le dice a la olla, no me tiznes
Una convocatoria del alanismo de “oposición”, llama a marchar contra Enrique Melgar por una jugada típica para seguir controlando la maquinaria. Quien funge de “líder” es el muñeco parlante del ex primer ministro, a quien se recuerda por sus visitas al Hotel Country Club y sus charlas con el dominicano Canaán. ¿Principios, moral, doctrina o siquiera algún barrunto de honestidad? ¡Pamplinas, los alanistas son los que destruyeron al Apra y no tienen cura posible!
Las facciones que responden a dos ex parlamentarios se trompean y pugnan por imponerse en la “reinscripción”. O sea, los generales de juguete derrotados en las urnas y con el ridículo de no tener ¡ni siquiera! inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas, están en gresca para conservar la pitanza, el contacto y el servicio a los fujimoristas reaccionarios, en suma a la DBA.
La sartén le dice a la olla, no me tiznes.
Y estos alanistas son los que pretenden reinscribirse ante el JNE. ¿Para competir políticamente y plantear soluciones para el Perú? ¡Ni de vainas!
Cuando el alanista oye la palabra moral ¡saca su revólver! La limpieza, claridad en la cosa pública y la honradez al actuar, son virtudes ajenas a estos personajes de extrema mediocridad pero enorme codicia.
No hay escatología o injuria en que no hayan incurrido los ladrones alanistas: destruyeron al Partido, lo despojaron de ideología, pulverizaron la Fraternidad, lo anemizaron en su concepción social de Frente Unico de Trabajadores Manuales e Intelectuales, escupieron sobre el sacrificio de sus héroes y mártires, convirtieron el robo y la monra en “formas de vida” y la mejor demostración es que para el habitante común y corriente “todos los apristas son vulgares rateros”. Al estafador, caco y vil exaccionador simplemente hay que reconocerlo como tal. Y de manera vitalicia.

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Líos alanistas: la sartén le dice a la olla, no me tiznes

Líos alanistas: la sartén le dice a la olla, no me tiznes
Una convocatoria del alanismo de “oposición”, llama a marchar contra Enrique Melgar por una jugada típica para seguir controlando la maquinaria. Quien funge de “líder” es el muñeco parlante del ex primer ministro, a quien se recuerda por sus visitas al Hotel Country Club y sus charlas con el dominicano Canaán. ¿Principios, moral, doctrina o siquiera algún barrunto de honestidad? ¡Pamplinas, los alanistas son los que destruyeron al Apra y no tienen cura posible!
Las facciones que responden a dos ex parlamentarios se trompean y pugnan por imponerse en la “reinscripción”. O sea, los generales de juguete derrotados en las urnas y con el ridículo de no tener ¡ni siquiera! inscripción en el Registro de Organizaciones Políticas, están en gresca para conservar la pitanza, el contacto y el servicio a los fujimoristas reaccionarios, en suma a la DBA.
La sartén le dice a la olla, no me tiznes.
Y estos alanistas son los que pretenden reinscribirse ante el JNE. ¿Para competir políticamente y plantear soluciones para el Perú? ¡Ni de vainas!
Cuando el alanista oye la palabra moral ¡saca su revólver! La limpieza, claridad en la cosa pública y la honradez al actuar, son virtudes ajenas a estos personajes de extrema mediocridad pero enorme codicia.
No hay escatología o injuria en que no hayan incurrido los ladrones alanistas: destruyeron al Partido, lo despojaron de ideología, pulverizaron la Fraternidad, lo anemizaron en su concepción social de Frente Unico de Trabajadores Manuales e Intelectuales, escupieron sobre el sacrificio de sus héroes y mártires, convirtieron el robo y la monra en “formas de vida” y la mejor demostración es que para el habitante común y corriente “todos los apristas son vulgares rateros”. Al estafador, caco y vil exaccionador simplemente hay que reconocerlo como tal. Y de manera vitalicia.
