Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
28-1-2024
Gareca y discusiones ociosas
No pocos son los disparates que llenan la agenda de “discusiones” en Perú, el último: definir si el entrenador argentino Gareca, al firmar por Chile, “traicionó” a nuestro país. El adefesio no soporta ningún análisis pero se lo repite y repite.
El fútbol “pasión” de multitudes es, aparte de lo que nadie recuerda –un deporte- un negocio multimillonario. Los contratos –y con ellos al jugador- se venden por cifras abultadas y que suelen asegurar vitaliciamente a sus protagonistas.
La publicidad en los estadios, en las camisetas, en los zapatos con toperoles, en la televisión, en los diarios, con propaganda sobre tal o cual faceta del fútbol, se vende por miles de millones y procura que la nómina mundial de vinculados: periodistas, narradores, comerciantes, sobrevivan con los dólares y euros de ganancia.
Eso y no otra cosa es el fútbol. Por lo menos el profesional. Algún tiempo atrás contemplé en Madrid un “tour” a las instalaciones de un equipo muy popular en España. ¡Pagado por cierto! Compro entradas a un museo, a un concierto pero ¿a conocer un coliseo de fútbol? ¡Ni de vainas!
Cuando muy niño iba al Estadio Nacional y entraba por la Puerta No. 4, a la “perrera”, lugar al que los árbitros tenían acceso por su condición de tales. Mi padre fue juez y vi a Perico León cuando le encajó un soberbio gol al arquero argentino y con esa selección que daba gusto ver.
También en esas épocas iba a Chucuito a ver –y algunas veces me metí a la “cancha” (piscina sin agua-Carpayo- donde practicaban los calichines del Sport Boys. De manera que si a alguien se le ocurrió que el escribidor de estas líneas es enemigo del deporte, se equivoca.
Gareca ha firmado como entrenador de la selección chilena. Podía haberlo hecho también por cualquier otro conjunto. Solo su juicio personal decidía. Sospecho que otorgar a un contrato comercial valores de identidad patriótica o amor a los colores de la blanquiroja, es una soberana estupidez.
Reitero algunos conceptos que escribí meses atrás en ¿Une el fútbol a los peruanos?
https://bit.ly/3PYjuEp 14-10-2023. Leamos:
El “fútbol une al Perú” leí en un comentario y cuyo autor es una persona con más de siete décadas, ergo, sabe lo que dice. ¿Es cierta la sentencia?
El deporte de multitudes recauda su financiamiento de aquellas que consumen los variados productos que derivan de esta clase de espectáculos, en el avisaje, publicidad, promociones y en que cientos de millones se mueven alrededor.
La liza se decide en 90 minutos. Antes se posa para las fotos, se cantan los himnos nacionales y con cierto esfuerzo, atizado por los genios especialistas, hasta se convierte en una guerra a muerte, lo que es un simple encuentro de balompié.
No se decidirá en un match tal o cual inversión para beneficio de los más pobres. Tampoco el destino de capitales para la creación de más y diversificada oferta de empleo. Mucho menos discurrirá la pasión del partido en referencia a hospitales, enfermos y carencias. De ninguna manera.
Los deportistas, ganen o pierdan, reciben lo que sus convenios establecen cuando están de licencia para jugar por la selección. A veces hasta envejecen en esos puestos de los que nadie los reemplaza porque hay exigencias extradeportivas pero muy comerciales que así lo demandan.
Si se gana, aunque sea por pura suerte o deficiencia del equipo oponente, la gloria llega por algunas cortas horas. Si se pierde, el entrenador recibirá las críticas más demoledoras de que tenga memoria. Casi troca en cadáver con epitafios al paso.
¿Sació su hambre el famélico y desnutrido ciudadano? No parece una fórmula corriente. ¿Se levantaron industrias y puestos de trabajo?, ¿estableció claramente los lindes de su soberanía el país ante el descarado juego aquí en Perú de las potencias? Nada de eso”.
¡Lo que sí hace, de repente sin pretenderlo, el fútbol, es extraer de la realidad al habitante común y corriente y le sumerge en una pretendida guerra entre adversarios y poco menos que está en juego, además del balompié, la historia y nacionalidad.
Edson Arantes do Nascimento, Pelé, confesó en la película-documental sobre su vida que se hizo el 2023, que él vivía angustiado porque el pueblo brasilero, en primer lugar a la dictadura que en los años 70 gobernaba su país, le “exigían” el tricampeonato que se logró en 1970 en México.
Abominar de Gareca porque ahora es el director técnico de los del sur, representa un claro síntoma de idiotez e inverecundia. El hambre, el subdesarrollo, la corrupción, la anomia moral de un país y Perú padece en forma superlativa todos estos males, NO se cura con el fútbol.
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
28-1-2024
Gareca y discusiones ociosas
No pocos son los disparates que llenan la agenda de “discusiones” en Perú, el último: definir si el entrenador argentino Gareca, al firmar por Chile, “traicionó” a nuestro país. El adefesio no soporta ningún análisis pero se lo repite y repite.
El fútbol “pasión” de multitudes es, aparte de lo que nadie recuerda –un deporte- un negocio multimillonario. Los contratos –y con ellos al jugador- se venden por cifras abultadas y que suelen asegurar vitaliciamente a sus protagonistas.
La publicidad en los estadios, en las camisetas, en los zapatos con toperoles, en la televisión, en los diarios, con propaganda sobre tal o cual faceta del fútbol, se vende por miles de millones y procura que la nómina mundial de vinculados: periodistas, narradores, comerciantes, sobrevivan con los dólares y euros de ganancia.
Eso y no otra cosa es el fútbol. Por lo menos el profesional. Algún tiempo atrás contemplé en Madrid un “tour” a las instalaciones de un equipo muy popular en España. ¡Pagado por cierto! Compro entradas a un museo, a un concierto pero ¿a conocer un coliseo de fútbol? ¡Ni de vainas!
Cuando muy niño iba al Estadio Nacional y entraba por la Puerta No. 4, a la “perrera”, lugar al que los árbitros tenían acceso por su condición de tales. Mi padre fue juez y vi a Perico León cuando le encajó un soberbio gol al arquero argentino y con esa selección que daba gusto ver.
También en esas épocas iba a Chucuito a ver –y algunas veces me metí a la “cancha” (piscina sin agua-Carpayo- donde practicaban los calichines del Sport Boys. De manera que si a alguien se le ocurrió que el escribidor de estas líneas es enemigo del deporte, se equivoca.
Gareca ha firmado como entrenador de la selección chilena. Podía haberlo hecho también por cualquier otro conjunto. Solo su juicio personal decidía. Sospecho que otorgar a un contrato comercial valores de identidad patriótica o amor a los colores de la blanquiroja, es una soberana estupidez.
Reitero algunos conceptos que escribí meses atrás en ¿Une el fútbol a los peruanos?
https://bit.ly/3PYjuEp 14-10-2023. Leamos:
El “fútbol une al Perú” leí en un comentario y cuyo autor es una persona con más de siete décadas, ergo, sabe lo que dice. ¿Es cierta la sentencia?
El deporte de multitudes recauda su financiamiento de aquellas que consumen los variados productos que derivan de esta clase de espectáculos, en el avisaje, publicidad, promociones y en que cientos de millones se mueven alrededor.
La liza se decide en 90 minutos. Antes se posa para las fotos, se cantan los himnos nacionales y con cierto esfuerzo, atizado por los genios especialistas, hasta se convierte en una guerra a muerte, lo que es un simple encuentro de balompié.
No se decidirá en un match tal o cual inversión para beneficio de los más pobres. Tampoco el destino de capitales para la creación de más y diversificada oferta de empleo. Mucho menos discurrirá la pasión del partido en referencia a hospitales, enfermos y carencias. De ninguna manera.
Los deportistas, ganen o pierdan, reciben lo que sus convenios establecen cuando están de licencia para jugar por la selección. A veces hasta envejecen en esos puestos de los que nadie los reemplaza porque hay exigencias extradeportivas pero muy comerciales que así lo demandan.
Si se gana, aunque sea por pura suerte o deficiencia del equipo oponente, la gloria llega por algunas cortas horas. Si se pierde, el entrenador recibirá las críticas más demoledoras de que tenga memoria. Casi troca en cadáver con epitafios al paso.
¿Sació su hambre el famélico y desnutrido ciudadano? No parece una fórmula corriente. ¿Se levantaron industrias y puestos de trabajo?, ¿estableció claramente los lindes de su soberanía el país ante el descarado juego aquí en Perú de las potencias? Nada de eso”.
¡Lo que sí hace, de repente sin pretenderlo, el fútbol, es extraer de la realidad al habitante común y corriente y le sumerge en una pretendida guerra entre adversarios y poco menos que está en juego, además del balompié, la historia y nacionalidad.
Edson Arantes do Nascimento, Pelé, confesó en la película-documental sobre su vida que se hizo el 2023, que él vivía angustiado porque el pueblo brasilero, en primer lugar a la dictadura que en los años 70 gobernaba su país, le “exigían” el tricampeonato que se logró en 1970 en México.
Abominar de Gareca porque ahora es el director técnico de los del sur, representa un claro síntoma de idiotez e inverecundia. El hambre, el subdesarrollo, la corrupción, la anomia moral de un país y Perú padece en forma superlativa todos estos males, NO se cura con el fútbol.
¡Rompamos el pacto infame y tácito de hablar a media voz!