Política

Costumbre de hablar en estúpido

hcmujica@gmail.com
hablarEstúpido
28 de agosto del 2023

Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-8-2023

Costumbre de hablar en estúpido

Los políticos peruanos, con escasísimas excepciones (las hay, las hay), se destacan no por sus actos y determinaciones, sino por hablar, con maestría inigualable, en estúpido. Con sus comas, interjecciones, muletillas, bufidos y dramáticos quiebres de voz, han convertido la política en una deleznable práctica de logreros, débiles mentales y madreselvas humanas de infecta presencia cotidiana.

Ayer, uno de los dos grandes culpables de la destrucción institucional del Apra, afirmó que la democracia del Perú es a través de “partidos institucionalizados”. Si esa agrupación política hoy en retazos múltiples, carente de presencia o influencia en cualquier parte del país y huérfana de todo respaldo en las urnas, es lo que es ¡precisamente! se debe a la labor destructora de este anticarismático improvisado.

Si Cantinflas, el genial cómico mexicano, discurría por el lenguaje, profiriendo multitud de términos, para no decir nada y embrollar más las situaciones, nuestros políticos abundan en “conceptos”, reiteran naderías y diagnostican con gesto grave, enarcan cejas y al hablar en estúpido unen sus rostros –también estúpidos- y vaticinan quién tiene o no razón.

La moda consiste en inocular el plan Bukele a ver si funciona en Perú en el combate contra la delincuencia. Olvidan los vasallos de novedades aparentes que este país es inmensamente más grande, con mucha más población y que no tiene el más mínimo deseo de desatar otro baño de sangre como cuando el terrorismo y la reciente violencia del Estado que ha cobrado casi 70 muertos desde diciembre del 2022.

El circunloquio, la garrulería, el lenguaje con interjecciones, el afán insólito de parecer “criollo” diciendo bobadas, seduce a no pocos, en el Legislativo, Ejecutivo, instituciones del Estado, taifas electoreras, en todas partes.

Si bien es cierto que la Comisión de la Verdad condena a los terroristas de Sendero Luminoso, su lenguaje reconoce innumerables palabras inanes para decir algo tan simple como la categórica condena de un grupo demencial. Los rodeos son parte de la farsa democrática que nos hace hablar mucho. Y decir poco.

En Tacna, en ocasión de un nuevo aniversario de la Reincorporación a la Patria, tras la cruenta guerra del salitre en que Chile invadió al Perú (1879-1883), dan de palos a los protestantes y la jefe de Estado, doña Dina Boluarte, pretende desoír el clamor que la rechaza e impugna. Y los discursos sobran en buenas intenciones y de aquellas está empredrado el suelo del infierno.

Ayer publicamos que las lunas reflectoras de la novísima Torre de Control instalada por la concesionaria Lima Airport Partners, LAP, en el Aeropuerto Jorge Chávez, no eran aptas para seguir funcionando con esas fallas que son presagio de accidentes y que a esa conclusión llegó una institución internacional responsable de NNUU, de la aviación civil mundial.

Y, al momento de cerrar esta columna, desconocemos si hay pronunciamientos, condenas o excusas, habladas en estúpido o en cualquier forma, de los especialistas en control de daños.

Interrogado, cualquier político, habla mucho, no se compromete, no sindica, no denuncia, sólo enuncia, frisa la epidermis, calienta el ambiente, pero es lo suficientemente cobarde y pusilánime como para no ser taxativo o categórico. ¡En eso está precisamente la pobreza de sus existencias: no pelearse con nadie para estar bien con todos! ¿Y el pueblo?: ¡qué importa el pueblo!

Los gremios empresariales están pidiendo mano dura y palo y cárcel para todos los que salen a protestar por la contaminación masiva e indiscriminada que impulsan las empresas mineras que se saltan a la garrocha las inversiones fuertes que deberían hacer en cuestiones de conservación ambiental.

Se ha presentado una nueva demanda millonaria contra Repsol por el derrame de hidrocarburo de meses atrás y que hasta hoy ha sido una burla consentida por las autoridades gubernamentales y frente a la cual, surge este enérgico alegato ante los tribunales.

Pandillas periodísticas usan como piñata todo tipo de pretextos. En cambio brindan tribuna y espacios abundantes a quiénes ayer nomás, cobraban miles de dólares en las campañas de Fujimori y sus adláteres. Hoy son los “referentes” de la prensa y asquea ver cómo se prodigan elogios y salmodias entre sí.

Hablar en estúpido, palabrería infame, dicharrachera, vocinglera pero ineficaz para transmitir grandes ideas-fuerza, es parte de nuestra naturaleza defectuosa. Entenderlo, combatirlo y reeducar al ciudadano, tarea primordial e indispensable en la forja de un Perú libre, digno, justo y culto.

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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
29-8-2023

Costumbre de hablar en estúpido

Los políticos peruanos, con escasísimas excepciones (las hay, las hay), se destacan no por sus actos y determinaciones, sino por hablar, con maestría inigualable, en estúpido. Con sus comas, interjecciones, muletillas, bufidos y dramáticos quiebres de voz, han convertido la política en una deleznable práctica de logreros, débiles mentales y madreselvas humanas de infecta presencia cotidiana.

Ayer, uno de los dos grandes culpables de la destrucción institucional del Apra, afirmó que la democracia del Perú es a través de “partidos institucionalizados”. Si esa agrupación política hoy en retazos múltiples, carente de presencia o influencia en cualquier parte del país y huérfana de todo respaldo en las urnas, es lo que es ¡precisamente! se debe a la labor destructora de este anticarismático improvisado.

Si Cantinflas, el genial cómico mexicano, discurría por el lenguaje, profiriendo multitud de términos, para no decir nada y embrollar más las situaciones, nuestros políticos abundan en “conceptos”, reiteran naderías y diagnostican con gesto grave, enarcan cejas y al hablar en estúpido unen sus rostros –también estúpidos- y vaticinan quién tiene o no razón.

La moda consiste en inocular el plan Bukele a ver si funciona en Perú en el combate contra la delincuencia. Olvidan los vasallos de novedades aparentes que este país es inmensamente más grande, con mucha más población y que no tiene el más mínimo deseo de desatar otro baño de sangre como cuando el terrorismo y la reciente violencia del Estado que ha cobrado casi 70 muertos desde diciembre del 2022.

El circunloquio, la garrulería, el lenguaje con interjecciones, el afán insólito de parecer “criollo” diciendo bobadas, seduce a no pocos, en el Legislativo, Ejecutivo, instituciones del Estado, taifas electoreras, en todas partes.

Si bien es cierto que la Comisión de la Verdad condena a los terroristas de Sendero Luminoso, su lenguaje reconoce innumerables palabras inanes para decir algo tan simple como la categórica condena de un grupo demencial. Los rodeos son parte de la farsa democrática que nos hace hablar mucho. Y decir poco.

En Tacna, en ocasión de un nuevo aniversario de la Reincorporación a la Patria, tras la cruenta guerra del salitre en que Chile invadió al Perú (1879-1883), dan de palos a los protestantes y la jefe de Estado, doña Dina Boluarte, pretende desoír el clamor que la rechaza e impugna. Y los discursos sobran en buenas intenciones y de aquellas está empredrado el suelo del infierno.

Ayer publicamos que las lunas reflectoras de la novísima Torre de Control instalada por la concesionaria Lima Airport Partners, LAP, en el Aeropuerto Jorge Chávez, no eran aptas para seguir funcionando con esas fallas que son presagio de accidentes y que a esa conclusión llegó una institución internacional responsable de NNUU, de la aviación civil mundial.

Y, al momento de cerrar esta columna, desconocemos si hay pronunciamientos, condenas o excusas, habladas en estúpido o en cualquier forma, de los especialistas en control de daños.

Interrogado, cualquier político, habla mucho, no se compromete, no sindica, no denuncia, sólo enuncia, frisa la epidermis, calienta el ambiente, pero es lo suficientemente cobarde y pusilánime como para no ser taxativo o categórico. ¡En eso está precisamente la pobreza de sus existencias: no pelearse con nadie para estar bien con todos! ¿Y el pueblo?: ¡qué importa el pueblo!

Los gremios empresariales están pidiendo mano dura y palo y cárcel para todos los que salen a protestar por la contaminación masiva e indiscriminada que impulsan las empresas mineras que se saltan a la garrocha las inversiones fuertes que deberían hacer en cuestiones de conservación ambiental.

Se ha presentado una nueva demanda millonaria contra Repsol por el derrame de hidrocarburo de meses atrás y que hasta hoy ha sido una burla consentida por las autoridades gubernamentales y frente a la cual, surge este enérgico alegato ante los tribunales.

Pandillas periodísticas usan como piñata todo tipo de pretextos. En cambio brindan tribuna y espacios abundantes a quiénes ayer nomás, cobraban miles de dólares en las campañas de Fujimori y sus adláteres. Hoy son los “referentes” de la prensa y asquea ver cómo se prodigan elogios y salmodias entre sí.

Hablar en estúpido, palabrería infame, dicharrachera, vocinglera pero ineficaz para transmitir grandes ideas-fuerza, es parte de nuestra naturaleza defectuosa. Entenderlo, combatirlo y reeducar al ciudadano, tarea primordial e indispensable en la forja de un Perú libre, digno, justo y culto.

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