
Informe
Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
20-11-2025
Candidatos: ¡los números NO mienten!
Para superar la valla electoral en la justa del 2026, cada agrupación política deberá ganar como mínimo el 5% del padrón general. Eso permitiría 7 diputados y 3 senadores y representa una valla enorme de 700-800 mil adeptos con voto acreditado.
En castellano, para seguir figurando como partido o movimiento, oficialmente reconocido, las agrupaciones deben tener no menos de 700-800 mil sufragios. ¡No parece una cifra fácil y es más bien dramáticamente ardua!
En lenguaje directo: buena parte, o casi toda, de los casi 40 clubes electorales postulantes, perderá su inscripción y en el caso de los más nuevos, no será tan grave el cataclismo. Tratándose de algunos más antiguos, el tema puede tener ribetes de tragedia terminal y sismo de 9 grados, catastrófico y final.
¿Por qué motivos o razonamientos, hasta hoy se ha desechado una candidatura unitaria que le dispute en las urnas, en las calles y en las plazas a los representantes de la más rancia y vulgar derecha pro capitalismo salvaje que quiere rematar el país a precio vil y seguir imponiendo el egoísmo racista y descarado en Palacio de Gobierno, como desde hace 204 años?
La chatura de los lidercillos es de tal magnitud que hasta podría darse el caso que la segunda vuelta pase por el concurso de dos fuerzas de derecha a las que no importará gran cosa la anemia de sus respaldos con tal de imponerse y continuar el despilfarro de los bienes nacionales.
La idiotez (en muchos casos, congénita) de los cabecillas, ha infectado la visión de aquellos.
No se piensa en un país con cinco fronteras, 2500 kms. de litoral, los cielos de Quiñones, la proyección atlántica hacia el Asia vía el territorio peruano y salida por nuestros puertos. ¡Y ni qué decir del trabajo científico en la Antártida! (Alguien sea bondadoso y le musite a estos ignorantes que no es un helado, sino una zona austral de fríos aterradores).
Para no pocos gandules ser diputado o senador es contar con sueldo en fecha puntual; que les nominen doctores para arriba y para abajo; la alineación obediente de tropas de asesores y brigadas de secretarias y ¡por supuesto! la colocación del querido o la amante; el hermano, el primo, o cualquier familiar a su servicio. Estos forman parte del lumpen más común.
Y el tributante financia nidos de corrupción obscena e inmoral.
Hay otros que ya han estado en el Congreso y saben que el sueldo es prescindible por “pequeño”. El billete -dicen- está en el tráfico de influencias, en la cita con ministros, la intervención ante autoridades a favor o en contra de determinado proyecto, asunto que en uno u otro sentido, genera “honorarios de éxito”. Y estos sí son muchos reeleccionistas que hace 40 años viven de la cansada ubre del Estado.
De llegar favorecidos al Senado o Diputados, algunos sinverguenzas que prometieron el pago de sus financiaciones una vez en Plaza Bolívar, harán cuanto esté a su alcance para la procura de recursos dinerarios. Y como favor con favor se paga, el círculo de comprometidos se agranda y el delito pasa a ser travesura y el crimen parte del menú cotidiano. ¡Y normal!
El cáncer recorre y corroe malamente a diestra y siniestra. Nadie se libra de la enfermedad que pulveriza los cimientos cívicos de moral en Perú. Esto nos lleva a otra proyección no menos deprimente.
Si los cacos con saco y corbata, voz engolada, terno a la medida, son los que manejan y se proyectan como continuadores en el timón del Perú ¿cuánto falta para regalarlo al modo que está haciendo Milei en la Argentina? Su sorprendente triunfo tiene que ver con los 20 mil millones de dólares que le ha prestado Mr. Trump y lo que dio confianza al poblador argentino harto de otras administraciones irresponsables.
Los vendepatrias pretenderán obsequiar cuanto les sea posible en “nombre” del desarrollo, aunque se empeñe la libertad y la soberanía durante otros 50 años. Las generaciones de los próximos 20 años, nacen siendo deudoras y teniendo la obligación de pagar responsabilidades que otros contrajeron.
Perú tiene responsabilidades geopolíticas irrenunciables de enorme calibre como país central con respecto a Latinoamérica que debe procurar su integración hoy más que nunca que ya se ha visto cómo será la pelea entre Estados Unidos y China, y los peruanos al medio, recibiendo balas por atrás y por delante.
¿Qué está haciendo nuestra diplomacia, aparte de subirse los sueldos y ser comparsas ilustres de los deseos erráticos del gobierno de turno? Flaco favor que hacen a las nuevas promociones que han perdido el sentido del deber y de la promoción vigorosa del Perú en todos los ámbitos.
¿No pensaron ilustres diplomáticos (los hay) en promover la cruzada de integración latinoamericana con un plan vigoroso de defensa continental y como parte de esas épocas de gloria de iniciativa peruana urbi et orbi?
Los números NO mienten.
Sin pecar de agoreros, es muy fácil anticipar qué se dirán y acusarán entre sí los generales derrotados por su vanidad insolente y antihistórica. Ninguno de los dicterios solucionará el velorio y las pompas fúnebres que entierren a jornadas gloriosas del pueblo en la lucha por sus conquistas.
¿No será la hora de sepultar a tantos pobres diablos indignos y miserables? El pueblo es más sabio que todos los sabios y así como pocos años atrás no votó sino en el ridículo porcentaje de 5.8% por el ex presidente suicida, los responsables recibirán el piadoso olvido y asco de millones.
Es hora de romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz y de aprehender que hay que atacar al poder, porque el gobierno lo tiene cualquiera. Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien.
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Señal de Alerta-Herbert Mujica Rojas
20-11-2025
Candidatos: ¡los números NO mienten!
Para superar la valla electoral en la justa del 2026, cada agrupación política deberá ganar como mínimo el 5% del padrón general. Eso permitiría 7 diputados y 3 senadores y representa una valla enorme de 700-800 mil adeptos con voto acreditado.
En castellano, para seguir figurando como partido o movimiento, oficialmente reconocido, las agrupaciones deben tener no menos de 700-800 mil sufragios. ¡No parece una cifra fácil y es más bien dramáticamente ardua!
En lenguaje directo: buena parte, o casi toda, de los casi 40 clubes electorales postulantes, perderá su inscripción y en el caso de los más nuevos, no será tan grave el cataclismo. Tratándose de algunos más antiguos, el tema puede tener ribetes de tragedia terminal y sismo de 9 grados, catastrófico y final.
¿Por qué motivos o razonamientos, hasta hoy se ha desechado una candidatura unitaria que le dispute en las urnas, en las calles y en las plazas a los representantes de la más rancia y vulgar derecha pro capitalismo salvaje que quiere rematar el país a precio vil y seguir imponiendo el egoísmo racista y descarado en Palacio de Gobierno, como desde hace 204 años?
La chatura de los lidercillos es de tal magnitud que hasta podría darse el caso que la segunda vuelta pase por el concurso de dos fuerzas de derecha a las que no importará gran cosa la anemia de sus respaldos con tal de imponerse y continuar el despilfarro de los bienes nacionales.
La idiotez (en muchos casos, congénita) de los cabecillas, ha infectado la visión de aquellos.
No se piensa en un país con cinco fronteras, 2500 kms. de litoral, los cielos de Quiñones, la proyección atlántica hacia el Asia vía el territorio peruano y salida por nuestros puertos. ¡Y ni qué decir del trabajo científico en la Antártida! (Alguien sea bondadoso y le musite a estos ignorantes que no es un helado, sino una zona austral de fríos aterradores).
Para no pocos gandules ser diputado o senador es contar con sueldo en fecha puntual; que les nominen doctores para arriba y para abajo; la alineación obediente de tropas de asesores y brigadas de secretarias y ¡por supuesto! la colocación del querido o la amante; el hermano, el primo, o cualquier familiar a su servicio. Estos forman parte del lumpen más común.
Y el tributante financia nidos de corrupción obscena e inmoral.
Hay otros que ya han estado en el Congreso y saben que el sueldo es prescindible por “pequeño”. El billete -dicen- está en el tráfico de influencias, en la cita con ministros, la intervención ante autoridades a favor o en contra de determinado proyecto, asunto que en uno u otro sentido, genera “honorarios de éxito”. Y estos sí son muchos reeleccionistas que hace 40 años viven de la cansada ubre del Estado.
De llegar favorecidos al Senado o Diputados, algunos sinverguenzas que prometieron el pago de sus financiaciones una vez en Plaza Bolívar, harán cuanto esté a su alcance para la procura de recursos dinerarios. Y como favor con favor se paga, el círculo de comprometidos se agranda y el delito pasa a ser travesura y el crimen parte del menú cotidiano. ¡Y normal!
El cáncer recorre y corroe malamente a diestra y siniestra. Nadie se libra de la enfermedad que pulveriza los cimientos cívicos de moral en Perú. Esto nos lleva a otra proyección no menos deprimente.
Si los cacos con saco y corbata, voz engolada, terno a la medida, son los que manejan y se proyectan como continuadores en el timón del Perú ¿cuánto falta para regalarlo al modo que está haciendo Milei en la Argentina? Su sorprendente triunfo tiene que ver con los 20 mil millones de dólares que le ha prestado Mr. Trump y lo que dio confianza al poblador argentino harto de otras administraciones irresponsables.
Los vendepatrias pretenderán obsequiar cuanto les sea posible en “nombre” del desarrollo, aunque se empeñe la libertad y la soberanía durante otros 50 años. Las generaciones de los próximos 20 años, nacen siendo deudoras y teniendo la obligación de pagar responsabilidades que otros contrajeron.
Perú tiene responsabilidades geopolíticas irrenunciables de enorme calibre como país central con respecto a Latinoamérica que debe procurar su integración hoy más que nunca que ya se ha visto cómo será la pelea entre Estados Unidos y China, y los peruanos al medio, recibiendo balas por atrás y por delante.
¿Qué está haciendo nuestra diplomacia, aparte de subirse los sueldos y ser comparsas ilustres de los deseos erráticos del gobierno de turno? Flaco favor que hacen a las nuevas promociones que han perdido el sentido del deber y de la promoción vigorosa del Perú en todos los ámbitos.
¿No pensaron ilustres diplomáticos (los hay) en promover la cruzada de integración latinoamericana con un plan vigoroso de defensa continental y como parte de esas épocas de gloria de iniciativa peruana urbi et orbi?
Los números NO mienten.
Sin pecar de agoreros, es muy fácil anticipar qué se dirán y acusarán entre sí los generales derrotados por su vanidad insolente y antihistórica. Ninguno de los dicterios solucionará el velorio y las pompas fúnebres que entierren a jornadas gloriosas del pueblo en la lucha por sus conquistas.
¿No será la hora de sepultar a tantos pobres diablos indignos y miserables? El pueblo es más sabio que todos los sabios y así como pocos años atrás no votó sino en el ridículo porcentaje de 5.8% por el ex presidente suicida, los responsables recibirán el piadoso olvido y asco de millones.
Es hora de romper el pacto infame y tácito de hablar a media voz y de aprehender que hay que atacar al poder, porque el gobierno lo tiene cualquiera. Atentos a la historia, las tribunas aplauden lo que suena bien.


